Cientos de migrantes intentaron cruzar la frontera entre México y Estados Unidos este miércoles, dos días después de un incendio en un centro de detención que mató a 39 personas en la mexicana Ciudad Juárez, constató un equipo de la AFP.
Los migrantes pasaron a pie el río Bravo (río Grande en Estados Unidos), que marca la frontera entre los dos países, justo antes de las barreras metálicas que impiden la entrada a El Paso (Texas), vecina de Ciudad Juárez.
Luego se entregaron a una patrulla estadounidense, observó un corresponsal de la AFP. Entre los migrantes circuló el rumor de que Estados Unidos estaba dispuesto a recibirlos por razones humanitarias, según este colaborador.
Aunque no está claro qué sucedió con este grupo, los agentes estadounidenses suelen impedir el ingreso de los migrantes a su territorio cuando intentan entrar de esta forma.
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El miércoles temprano, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, mencionó vagamente la posibilidad de que los migrantes heridos en el incendio (27) recibieran "asistencia médica aquí en Estados Unidos", tras contactos con "funcionarios mexicanos sobre el terreno".
En Ciudad de México, la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, agradeció a las autoridades estadounidenses "que efectivamente han ofrecido su apoyo".
"Pero que esto haya sido aceptado en este momento no me queda muy claro", añadió en una rueda de prensa en Ciudad de México.
El pasado 13 de marzo, cientos de migrantes, en su mayoría venezolanos, intentaron infructuosamente cruzar en estampida por un puente fronterizo de Ciudad Juárez.
Rodríguez elevó de 38 a 39 la cifra de muertos por el incendio que se desató la noche del lunes. También informó que seis de los heridos se encuentran en estado "extremadamente grave", diez en estado "grave" y nueve en situación "delicada".
A partir de un video de vigilancia del centro incendiado, las autoridades mexicanas anunciaron el miércoles la apertura de una investigación por "homicidio". Se ha identificado a ocho presuntos autores, sospechosos de no haber hecho nada por salvar a los migrantes, indicó Sara Irene Herrerías, titular de la Fiscalía Especializada en materia de Derechos Humanos.
Según las autoridades, los migrantes prendieron fuego a colchones en protesta por su posible deportación.