El influyente clérigo iraquí Muqtada al-Sadr culpó de las inundaciones en Libia que han dejado más de 5.000 muertos a la participación del país en la desaparición del clérigo libanés Musa al-Sadr en 1978.
Escribiendo en sus redes sociales el martes 12 de septiembre, Sadr enumeró una letanía de causas de los desastres naturales que han azotado a varios países recientemente –centrándose principalmente en la legalización mundial del matrimonio entre personas del mismo sexo y los derechos LGBTQ–, pero destacó a Libia por la desaparición de su primo.
“En cuanto a Libia, su pecado es imperdonable al no revelar el destino del maestro de la resistencia árabe libanesa, el señor Musa al-Sadr”, escribió. “Todas estas cuestiones deben ser tomadas en consideración... sin embargo, pedimos a Dios seguridad para los hombres y mujeres creyentes en el este y el oeste de la tierra, incluso en Libia”.
En 1974, Musa al-Sadr fundó el Movimiento Amal, un partido político libanés que promovía los intereses de los chiitas del país, que en ese momento eran una comunidad marginada y empobrecida, según narra el diario Middle East Eye. Fue invitado a visitar Libia en 1978 por Muammar Gaddafi y viajó al país norteafricano con dos acompañantes.
Hannibal, el hijo de Gadafi, se encuentra actualmente detenido en el Líbano y las autoridades insisten en que está ocultando información sobre la muerte de Musa al-Sadr. El miércoles, Sadr dijo que la propagación de “la inmoralidad y la corrupción” había provocado desastres naturales, particularmente en Occidente.
Sadr dijo que la principal razón era: “Legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo e imponerlo a las naciones usando métodos sucios” y normalizar las relaciones con Israel. “El primer fruto de la normalización es la expansión de la comunidad LGBT”, afirmó.
Sadr ha atacado repetidamente a la comunidad LGBTQ+ en los últimos años y la ha culpado de una serie de desastres naturales, incluida la propagación del covid-19. Actualmente se está proponiendo legislación en Irak para criminalizar la homosexualidad.
En respuesta a los comentarios de Sadr, Amir Ashour, jefe de la organización iraquí LGBTQ+ IraQueer, tuiteó: “¿Es posible que la estupidez y la ignorancia hayan continuado hasta este punto?”.
“Vemos que los primeros países afectados por los desastres naturales son los países que normalizaron o van a normalizar sus relaciones con Israel”, dijo haciendo referencia a Marruecos, que normalizó lazos con el Estado judío en 2020 con la firma de los Acuerdos de Abraham promovidos por EE. UU. “En cuanto a Libia, tiene una culpa imperdonable al no revelar el paradero del señor de la resistencia árabe libanesa Musa al-Sadr”, aseguró.
¿Quién es el clérigo?
Muqtada al-Sadr nació en Najaf, Irak, el 4 de agosto de 1974, en una prominente familia clerical chiita con raíces en la región libanesa de Jabal Amil. Cuarto y menor hijo del ayatolá Muhammad Muhammad Sadiq al-Sadr, era considerado el menos intelectual de sus hermanos
La carrera política de Sadr está marcada por varios puntos de inflexión importantes. A pesar de sus repetidas renuncias, su toma de decisiones emocional y sus contradicciones ideológicas, a lo largo de los años se ha apegado a dos principios: que Irak debe tener autogobierno y que debe ser un actor central en la política de su país.
Desde la muerte de su padre hasta 2003, Sadr mantuvo un perfil muy bajo. Aceptó el apoyo financiero de Saddam porque rechazarlo habría provocado su muerte. Aun así, si realmente sirvió a Saddam, lo hizo de manera muy silenciosa. Siguió apoyando al rebaño de su padre, los chiitas más pobres, con ayuda social y orientación religiosa a través de una red de clérigos de bajo nivel.
Muqtada al-Sadr no es carismático en el sentido habitual; su carisma deriva de la admiración del pueblo por su padre, admiración que él ha alimentado. Para sus fervientes seguidores, que arriesgan su vida por él, el hijo de un santo mártir es también un santo.
En agosto de 2004, Muqtada al-Sadr ocupó el Santo Santuario del Imam Ali en Najaf, uno de los lugares chiitas más sagrados. Fue asediado por los marines estadounidenses, pero su vida fue salvada por el enemigo de su difunto padre, el ayatolá al-Sistani.
En 2012, dividiría el campo parlamentario chiita por primera vez, uniendo fuerzas con el Partido Democrático del Kurdistán de Masoud Barzani. Y para 2014, ayudaría a reemplazar a Nouri al-Maliki como primer ministro por Haidar al-Abadi.