Este martes marca el inicio de un proceso histórico en Estados Unidos, ya que la Cámara Baja se prepara para votar sobre un juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. Si la medida avanza, Mayorkas se convertirá en el primer miembro del gabinete presidencial en enfrentar un juicio político en casi 150 años.
La acusación, liderada por los republicanos, se centra en la supuesta “violación de la confianza pública” y “negativa sistemática y deliberada a cumplir con la ley” por parte de Mayorkas, quien ha sido criticado por su manejo de la situación en la frontera entre Estados Unidos y México, especialmente en el contexto de la entrada de migrantes indocumentados.
La sesión, programada para este martes 6 de febrero a las 13:30 horas de la Costa Este de EE.UU., contempla la consideración de esta iniciativa contra Mayorkas. Los republicanos argumentan que si actuación ha puesto en peligro la seguridad nacional y que el juicio político es el “remedio final” para abordar este problema.
La defensa del secretario
Por su parte, Mayorkas ha defendido su gestión, afirmando que ha cumplido con la ley y proporcionado información que respalda sus acciones. Sin embargo, los republicanos sostienen que las acusaciones son fundamentadas y buscan responsabilizarlo por la situación en la frontera.
Con una débil mayoría republicana en la Cámara de Representantes, la votación será crucial. Si los cargos son aprobados, el caso pasaría al Senado, donde se requeriría una mayoría de dos tercios para llegar a una condena. Sin embargo, dado que los demócratas tienen la mayoría en el Senado, es poco probable que el juicio político prospere en esta etapa.
La medida se produce en medio de una crisis fronteriza sin precedentes, con un aumento significativo en el número de migrantes indocumentados que cruzan la frontera sur de Estados Unidos.
Mientras tanto, la Casa Blanca y senadores de ambos partidos continúan negociando un acuerdo migratorio para abordar esta situación, aunque se enfrentan a la oposición de figuras prominentes del partido republicano, incluido el expresidente Donald Trump.
“Ejército de Dios” en la frontera de EE. UU. quiere combatir la “invasión” migrante
Entre los cientos de activistas que llegaron hasta la frontera sur de Estados Unidos, en Texas, hay quienes creen que los migrantes en su país son “gente mala” que les quita los empleos. Por eso están dispuestos a combatir esa “invasión”.
Pese a que la convocatoria anunciaba miles de manifestantes en los límites con México, el encuentro de este sábado estuvo lejos de grandes cifras. Pero hubo camaradería, pollo frito, carne asada, música, un bautizo y discursos religiosos. “Pro-Dios, Pro-Armas y Pro-Vida”, se leía en una camiseta a la venta en el evento.
El convoy con camiones, camionetas y casas rodantes desde distintas partes del país llegó hasta un rancho en Quemado, un pueblo de Texas de 162 habitantes, con rústicas casas en medio del valle por donde discurre el río Bravo o Grande, frontera natural entre Estados Unidos y México.
Por ese río cruzan cada mes miles de migrantes tras largas travesías desde América Central y del Sur en busca de mejores condiciones de vida en Estados Unidos, un tema clave en el debate de las elecciones presidenciales de noviembre.
En Quemado acampan durante el fin de semana los activistas de “We the People” (“Nosotros, el Pueblo”, como inicia la Constitución estadounidense), bajo el lema “Take our border back” (Recuperemos nuestra frontera).
Días antes, una de las organizadoras del evento afirmó que los participantes eran el “Ejército de Dios” (God’s Army). “Únete a la pelea de Dios” se leía en la carrocería de un vehículo en Quemado.
“Estamos siendo invadidos y, necesitamos controlar lo que está sucediendo”, dice a la AFP Robyn Forzano, de 43 años, quien controla el acceso al rancho en Texas.
Nora Fortenberry, policía retirada de 55 años, cree que en esta “invasión” viene “más gente mala [que buena], y están aquí para vivir del dinero de nuestros impuestos”.
Varias camionetas llevan banderas de apoyo al exmandatario Donald Trump, favorito republicano para las presidenciales, y con lemas de rechazo al gobernante demócrata Joe Biden, quien busca un nuevo mandato.
“Amamos a los migrantes legales, pero los ilegales los perjudican y nos impiden a nosotros de conseguir empleo”, considera Adam Chavin, de 39 años, vestido con una camiseta con la imagen de Trump.