La reciente detención de Pavel Durov, fundador y CEO de Telegram, ha puesto nuevamente en el centro del debate global la responsabilidad de las empresas tecnológicas en la moderación de contenido sensible y la libertad de expresión en las redes sociales.
El arresto, anunciado por las autoridades francesas este lunes 26 de agosto, ocurrió en el aeropuerto de Bourget, en las afueras de París, cuando Durov aterrizaba procedente de Azerbaiyán en su avión privado.
Según la policía, la causa de la detención está relacionada con la presunta falta de moderación en Telegram, particularmente en lo referente a la circulación de contenido de abuso sexual infantil en la plataforma de mensajería.
Jean-Michel Bernigaud, secretario general de la agencia Ofmin, encargada de la prevención de violencia contra menores, destacó que la falta de acción por parte de Telegram para controlar este tipo de actividades ilegales fue el detonante del arresto.
“El caso gira en torno a la ausencia de moderación y cooperación por parte de la plataforma, especialmente en la lucha contra los delitos sexuales contra menores”, afirmó Bernigaud en una publicación de LinkedIn.
Durov, un empresario de origen ruso y residente en Dubái, posee doble nacionalidad de los Emiratos Árabes Unidos y Francia. Su arresto ha desatado reacciones en la industria tecnológica, donde algunos ven la intervención como un atentado a la libertad de expresión.
Entre los críticos más destacados está Elon Musk, propietario de X, quien calificó la situación como “una ejecución por darle me gusta a un meme”. Chris Pavlovski, CEO de Rumble Video, también condenó la medida, acusando a Francia de cruzar “una línea roja” al intervenir en lo que considera libertad de expresión.
El presidente francés, Emmanuel Macron, aclaró que el arresto de Durov se llevó a cabo en el marco de una investigación judicial en curso, descartando cualquier intervención política. “Francia sigue comprometida con la libertad de expresión y la innovación”, afirmó Macron en una publicación en X.
Alguno de los delitos que se acusan
Los magistrados de instrucción a cargo de esta instrucción judicial previa han solicitado corremisión al Centro de Lucha contra el Ciberdelito (C3N) y a la Oficina Nacional Antifraude (Oficina Nacional Antifraude, ONAF) para la continuación de las investigaciones.
Estos son algunos de los cargos que se le acusan a Durov:
- Complicidad: posesión de imágenes pornográficas de menores
- Complicidad: distribuir, ofrecer o poner a disposición imágenes pornográficas de menores, en grupo organizado
- Complicidad: adquirir, transportar, poseer, ofrecer o vender sustancias estupefacientes
- Complicidad: ofrecer, vender o poner a disposición, sin motivo legítimo, equipos, herramientas, programas o datos diseñados o adaptados para acceder y dañar el funcionamiento de un sistema automatizado de procesamiento de datos.
- Complicidad: fraude organizado
- Asociación para delinquir con miras a cometer un delito o un delito punible con cinco o más años de prisión
- Lavado de procesos derivados de delitos y delitos de grupo organizado
- Prestar servicios de criptología con el objetivo de garantizar la confidencialidad sin declaración certificada
Mientras tanto, la investigación en curso examina las acusaciones de difusión de pornografía infantil, acoso cibernético y crimen organizado en Telegram. Este caso reaviva el debate sobre el papel que deben desempeñar las plataformas digitales en la moderación de contenido ilegal y peligroso, y hasta qué punto se les puede responsabilizar por las actividades de sus usuarios.
Cabe recordar que en 2013, Durov, nacido en Rusia, creó Telegram junto a su hermano. En 2014, abandonó su país natal debido a su negativa a cumplir con las órdenes gubernamentales de cerrar las comunidades de la oposición en su plataforma de redes sociales VKontakte, que finalmente vendió, antes de crear Telegram.