Cientos de personas, incluidos varios legisladores y simpatizantes del presidente Donald Trump, se reunieron el lunes en el estado de Pensilvania para protestar contra las medidas de confinamiento implementadas para limitar el contagio del coronavirus.

Este "mitín de los patriotas" en la capital estatal, Harrisburg, tiene lugar tras protestas similares alentadas por el presidente Trump en otros sitios de Estados Unidos, como Michigan, California y Ohio.

Los manifestantes aseguran que las órdenes de los gobiernos estatales y municipales para limitar el contagio de la covid-19, que ha matado a más de 40.000 personas en Estados Unidos, coartan las libertades individuales y perjudican la economía.

Camiones pintados con las leyendas "Trabajo, no ayuda estatal" y "¡Cuarentena no es libertad!" se pasearon por Harrisburg, mientras representantes republicanos ante el Congreso alentaban a los manifestantes en las escaleras del legislativo estatal.

"Nuestra nueva normalidad no significa que sacrificaremos nuestras libertades por la seguridad de nuestro país", dijo el representante Aaron Bernstine en un discurso, mientras la gente gritaba "¡U-S-A!".

"No es normal recibir ayuda del gobierno para pagar nuestras cuentas", indicó.

El gobierno federal estadounidense comenzó recientemente a enviar cheques de hasta 1.200 dólares a algunos hogares, con suplementos para los niños. La pandemia de coronavirus ha dejado a más de 22 millones de estadounidenses sin empleo.

Entre los manifestantes se hallaban tres hermanos que son activistas conservadores a favor del porte de armas, y que han urgido a celebrar protestas contra la cuarentena a través del país.

A pocos meses de las elecciones de noviembre en las que buscará la reelección, Trump está ansioso por reactivar la economía. Pero los gobernadores de los estados expresan su frustración porque no hay suficientes tests de diagnóstico de la covid-19 como para reabrir los comercios de manera segura.

Aunque las protestas contra la cuarentena han capturado la atención de los medios y las redes sociales, más de 80% de los estadounidenses aprueba el confinamiento en casa, según un reciente sondeo de la Universidad Quinnipiac.

La encuesta indica que casi 70% de los republicanos y 95% de los demócratas apoyan esta medida.

Pero la protesta de Harrisburg este lunes destaca asimismo la exasperación de muchos estadounidenses encerrados en casa.

Tom Ryan, un contador público con una gorra de béisbol de Trump, viajó de Pittsburgh a la capital de Pensilvania para la manifestación.

"No se puede cerrar todo porque tenemos un problema de salud", dijo a la AFP. "Tenemos que ver cómo equilibrar las cosas".

Más de 1.200 personas en Pensilvania, que tiene 12,8 millones de habitantes, han muerto debido a la covid-19. Hay más de 33.000 casos confirmados en el estado.

El gobernador Tom Wolf difundió la semana pasada un plan para reabrir gradualmente los comercios, y llamó a implementar "un régimen fuerte de tests".