Las guerras en Ucrania y Gaza, así como la relación con China, se colarán en el duelo televisado de hoy entre Joe Biden y Donald Trump, candidatos a las presidenciales de noviembre en Estados Unidos, con personalidades diametralmente opuestas y visiones distintas también sobre el tema de la migración a su país.
El demócrata, de 81 años, recuerda que llegó a conocer a Golda Meir, la primera mujer que dirigió Israel, y presume de que durante su mandato Washington “regresó” a la escena internacional, tras los años de aislacionismo del republicano (2017-2021).
Pero este último insiste en que Estados Unidos nunca ha sido tan poco respetado. Aduce una “invasión” de migrantes en un mundo “en llamas” desde Ucrania hasta Oriente Medio.
Apoyo a Ucrania
El actual Presidente estadounidense encabezó una coalición de países que apoyan a Ucrania tras la invasión rusa de febrero de 2022. Visitó personalmente Kiev en 2023. Su estrategia consiste en oponerse al envío de tropas terrestres, pero proporcionar un apoyo masivo al país para que pueda defenderse de Vladimir Putin, a quien califica de “tirano brutal”.
Por el contrario, el exmandatario, que en el pasado dijo ser admirador de Putin, usó su influencia sobre los republicanos en el Congreso para bloquear por meses un paquete de 61.000 millones de dólares en ayuda militar para Kiev. Al final fue adoptada.
Trump asegura que, si gana los comicios, pondrá fin a la guerra. “Resolveré esto antes de entrar a la Casa Blanca, como presidente electo, lo resolveré. Tiene que parar”, aseguró durante un mitin reciente. Y agregó: “Putin nunca habría hecho eso conmigo”.
En la misma línea, el republicano afirma que el ataque de comandos del grupo islamista palestino Hamás contra Israel no habría ocurrido si él estuviera al mando en Washington: “Nunca habría habido un 7 de octubre en Israel, nunca”. Y acusa a Biden de haber abandonado a este país, a pesar de que el Presidente ha mostrado un apoyo casi inquebrantable desde el inicio de la guerra, más allá de sus reservas sobre la estrategia del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Biden también ordenó, por primera vez, la participación directa de Estados Unidos en la defensa de Israel durante el ataque de Irán del 13 de abril, pero su rival político lo señala de haber permitido a Irán, enemigo de Washington, “enriquecerse”, pese a las sanciones.
Como se sabe, Trump dio un portazo al acuerdo nuclear de las grandes potencias con Irán firmado durante el gobierno de Barack Obama.
En cuanto a China, ambos candidatos la consideran el principal rival estratégico de EE. UU. y en algunos aspectos Biden aplicó la política económica proteccionista de su predecesor. Él es partidario de estabilizar la relación con Pekín y gestionarla de forma “responsable”, mientras que Trump defiende una política más dura.
Como se sabe, el mandato del republicano estuvo marcado por su ruptura con acuerdos multilaterales como el climático, la construcción de primeros tramos de un muro en la frontera con México para intentar impedir la entrada de migrantes, la imposición de aranceles aduaneros y reuniones con dirigentes condenados al ostracismo por la mayoría de los líderes, como el norcoreano Kim Jong Un.
Con el actual Presidente ocurre todo lo contrario: fortalecimiento de las alianzas de Washington, particularmente en Asia-Pacífico.
Un veterano de la diplomacia estadounidense, Kurt Campbell, número dos del Departamento de Estado, resume así la diferencia de enfoque: la administración de Biden está “determinada a trabajar con aliados y socios”, mientras que Trump es adepto del “Estados Unidos primero”.
Migración, el eje de la campaña
Ahora bien, la política migratoria podría hacer saltar chispas en el debate de hoy, puesto que el republicano acusa a los migrantes de “envenenar la sangre” de Estados Unidos, en tanto que Biden hará lo posible para desmarcarse de él.
Ambos tendrán muy presente que, según las encuestas, buena parte del electorado está preocupado por la seguridad en la frontera con México y por la afluencia de migrantes.
Lo cierto es que la migración es el eje central del programa electoral de Trump, después de que entre 2017 y enero de 2021 aplicó una política de “tolerancia cero” que trató como delincuentes a los migrantes que intentaban entrar ilegalmente a territorio estadounidense, con lo que perdían la custodia de sus hijos.
Ahora, el magnate promete tomar medidas “tan draconianas como sea necesario”, como “cerrar la frontera” con México, reanudar la construcción del muro y deportar “masivamente”. “Será la deportación más grande en la historia de nuestro país”, repite.
En sus mítines, Trump dice que los migrantes “están matando a nuestro país” y son “delincuentes”, en tanto que Biden lo acusa de haber saboteado un intento bipartidista de encontrar una solución. “No demonizaré a los inmigrantes”, “no separaré a las familias”, afirma y agrega que él no hace “politiqueo” con el tema migratorio.
Llegó a la Casa Blanca con la promesa de impulsar una política migratoria “más humana” y una vía hacia la ciudadanía para once millones de indocumentados, pero tropezó con la oposición de los conservadores en el Congreso y su propuesta no se votó.
Ahora está entre la espada y la pared: satisfacer el ala más a la izquierda del Partido Demócrata y frenar la entrada de migrantes. Hace poco firmó un decreto que restringe la entrada por la frontera con México cuando haya más de 2500 cruces irregulares en el promedio de siete días y endureció los estándares para solicitar asilo.
Los detalles
Esta noche, las cadenas CNN y Fox News transmitirán el primer debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump, cita que puede decidir las elecciones.
Para evitar el caos del duelo de 2020 entre los dos candidatos, los micrófonos permanecerán silenciados fuera del turno de palabra y no habrá público en la sala.
Burlas y un presidente en funciones interrumpiendo a su contrincante se vieron entonces, hasta que Biden le espetó: “¿Te puedes callar, hombre?”.
Por sorteo, Biden eligió el orden de las declaraciones finales. Trump tendrá la última palabra en el debate.