La conferencia de ayuda humanitaria para la Franja de Gaza logró este jueves compromisos de nuevos aportes por más de mil millones de dólares, entre llamados al “alto el fuego” en este territorio palestino bombardeado por Israel desde el 7 de octubre.
Israel lanzó ese día una campaña de bombardeos en respuesta al ataque del movimiento islamista Hamás que mató a más de 1.400 personas, en su mayoría civiles, y que mantiene secuestrados a unos 240 rehenes, según las autoridades.
Más de 10.000 personas, en su mayoría civiles y entre ellas más de 4.000 niños, murieron bajo las bombas israelíes en la Franja de Gaza, un estrecho territorio de 360 km2 donde viven hacinados más de dos millones, según el ministerio de Salud de Hamás.
La conferencia celebrada en París, con la ausencia de Israel y de altos dirigentes árabes, buscaba reunir a los principales donantes y acelerar la ayuda --alimentos, energía o equipos médicos-- para el pequeño territorio fronterizo con Israel y Egipto.
Naciones Unidas estima que se necesitarán 1.200 millones de dólares de ayuda para las poblaciones de Gaza y Cisjordania de aquí a finales de año, y alerta de una “situación humanitaria desastrosa” en el norte del territorio gazatí.
“No hay crisis humanitaria en la Franja de Gaza”, afirmó este jueves Moshe Tetro, un responsable militar israelí, quien reconoció a la prensa en su país las “numerosas dificultades” que afrontan los civiles en este territorio.
¿Hacia una “pausa” humanitaria?
La conferencia, en la que no hubo representantes de alto nivel salvo algunos mandatarios europeos y el primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohammed Shtayyeh, estuvo marcada también por los llamados a un “cese del fuego”.
“¿Cuántos palestinos tienen que morir para que termine la guerra?”, dijo Shtayyeh, listando las necesidades: desde curar a los heridos, hasta el suministro de agua, electricidad y medicamentos.
El representante de Brasil en la conferencia, el excanciller Celso Amorim, condenó “los ataques terroristas” de Hamás, pero estimó que la muerte de “miles” de niños en bombardeos israelíes hace pensar a un “genocidio”.
“Naciones Unidas nunca ha registrado tantos muertos en tan poco tiempo en un conflicto”, alertó en la radio France Inter el jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini.
Aunque los llamados a “pausas” humanitarias, “treguas” o “ceses del fuego” aumentaron en las últimas semanas, el primer ministro israelí, había dicho que mantendrían su ofensiva si Hamás no liberaba a los rehenes.
Estados Unidos anunció este jueves que Israel acepta hacer “pausas” militares de cuatro horas diarias en el norte de la Franja, luego que el presidente estadounidense, Joe Biden, considerara que “no había posibilidad” de un alto el fuego.
Catar por su parte negocia con Washington e Israel “una posible pausa humanitaria, que implicaría la liberación de rehenes y la entrada de más ayuda a Gaza”, según un responsable conocedor de las discusiones.
“Impotencia” humanitaria
Una decena de oenegés expresaron su descontento durante una rueda de prensa conjunta tras la conferencia.
“Estamos bastante decepcionados porque no hubo consenso sobre un cese del fuego inmediato (...) Más allá de la ayuda movilizada, el reto es de hacerla entrar en Gaza”, estimó Jean-François Corty, de Médicos del Mundo.
A las organizaciones humanitarias les preocupa convertirse en “espectadores impotentes” ante una situación que, muchas de ellas, consideran sin precedentes en Gaza.
Según Isabelle Dufouny, de Médicos sin Fronteras, “el personal en los hospitales enfrenta llegadas masivas de heridos, trabajan en condiciones de higiene horribles, no pueden descansar, están sometidos a un estrés permanente”.
*Con información de AFP.