Una enorme crisis política es la que enfrenta Perú horas después de que el presidente Pedro Castillo anunciara la disolución del Congreso y declarara el estado de emergencia en su país.
El mismo Congreso, tras este denominado 'golpe de estado', terminó destituyendo a Castillo, declarando vacancia presidencial por permanente incapacidad moral.
La destitución de Castillo fue aprobada por 101 votos de un total de 130 congresistas. La votación se realizó en la sede del Congreso y fue transmitida en directo por la televisión.
Medios peruanos como El Comercio afirman que, por sucesión constitucional, la vicepresidenta Dina Boluarte debe asumir la jefatura de estado.
Boluarte, en sus redes sociales, ya había mostrado su total desacuerdo con la maniobra de Castillo.
Rechazo la decisión de Pedro Castillo de perpetrar el quiebre del orden constitucional con el cierre del Congreso. Se trata de un golpe de Estado que agrava la crisis política e institucional que la sociedad peruana tendrá que superar con estricto apego a la ley”, indicó Boluarte en Twitter.
Ola de renuncias
Tras el anuncio varios ministros del gobierno y funcionarios de organismos internacionales anunciaron sus renuncias al cargo en las redes sociales y en declaraciones a la prensa.
"No estoy en condiciones de servir a un gobierno dictatorial que ha violado la ley y ha violado la Constitución", dijo a la radio RPP Harold Forsyth, representante permanente del Perú ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
"A partir de hoy Castillo esta en la triste fila de los dictadores", dijo a la misma radio el expresidente peruano Ollanta Humala ((2011-2016).
El anuncio de Castillo tiene lugar poco más de 30 años después del autogolpe del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), que disolvió el Congreso el 5 de abril de 1992.