La relación entre el rey Carlos III y Camilla Parker, quien ahora es la reina consorte de Reino Unido, ha sido una de las más polémicas de la historia de la monarquía británica. Además de la sombra que lleva la relación por la muerte, el engaño y el divorcio de Diana Spencer, quien fue la princesa de Gales y mundialmente querida, también carga con la separación de Parker con su exesposo.
Pues bien, una de las críticas que se tuvo cuando se informó sobre el compromiso de Carlos y Diana fue la diferencia de edad entre los dos, puesto que el monarca le llevaba 13 años de edad a la madre de sus hijos, una situación que terminó provocando otro tipo de dificultades en el matrimonio real.
Sin embargo, este tipo de problemas no se tuvieron en la relación entre Carlos III y la reina consorte Camila, puesto que los actuales monarcas son casi de la misma edad, es más la actual reina tiene un año más que Carlos, puesto que nació en 1947 y ahora tiene 75 años, mientras que el rey, que nació en 1948, cumplió a finales de 2022 sus 74 años.
La reina Camila
Ni siquiera la propia Camila Parker Bowles habría imaginado que iba a pasar de ser la mala del cuento a convertirse en la “amada reina consorte” de Carlos III de Inglaterra, viéndose rodeada del cariño de los hijos de su esposo y del apoyo y admiración de conciudadanos que aún llevan en su memoria a la reina Isabel II, de cuyo afecto en vida también disfrutó.
Pues bien, la duquesa de Cornualles fue durante mucho tiempo la despreciable amante del futuro rey del Reino Unido, la mala de un cuento en el que la princesa Lady Di era la más querida por los ciudadanos -no mucho por la reina Isabel II, como bien se sabe.
Pocos pudieron perdonarle a Camila que le correspondiera a Carlos de Inglaterra el amor que por ella profesaba y que ocasionara la ruptura de uno de los matrimonios más celebrados de todos los tiempos en la monarquía. La tristeza de la princesa era notoria, se apreciaba en las fotos, imágenes y entrevistas que daba. No pudo ser más trágico el desenlace, la madre de Harry y de Guillermo, murió en un accidente automovilístico, mientras huía de los paparazzis que no la dejaban en paz, según ella, dejando a los príncipes huérfanos. Y mientras ella seguía siendo la buena del cuento, Camila era la villana.
Así lo definió en una entrevista que le dio a Vogue, “he sido juzgada durante tanto tiempo”, Pero lo que parecía imposible, como en las actuales películas animadas, la villana pasó a ser la perfecta futura reina consorte y muchos empezaron a notar que no era la mujer de hielo que todos creían y que en el fondo tenía un gran corazón.
La propia Isabel II, cuando cumplió 70 años en el trono, anunció que al morir ella y al ascender su hijo al trono, su nuera pasaría a ser reina consorte.
Antes de ello, el 31 de diciembre de 2021, el Palacio de Buckingham anunció a través de un comunicado que Su Majestad estaba “encantada de nombrar a Su Alteza Real la Duquesa de Cornualles como Dama Real de la Muy Noble Orden de la Jarretera, dicho en español: el título más prestigioso de Gran Bretaña concedido por la reina, que le daba el mismo rango que sus hijastros.
Camila no sólo antepuso su amor por Carlos, al casarse con él en 2005. Dejó su orgullo de lado, aunque sabía que no sería fácil reinar en el mismo lugar donde tanto amaron a la Reina de Corazones, Lady Di. En una ceremonia discreta, en la que la soberana estuvo ausente, y ocho años después del fallecimiento de Diana, las críticas eran ácidas hacia la familia monárquica. Pero ella cuidaba cada paso que daba, para no entorpecer la feliz ascensión de su amado Charles al trono del Reino Unido. Optó por no tomar el título de Princesa de Gales, que ostentó alguna vez Diana, para no ofender al público.