Según diversos investigadores, el canibalismo es una práctica que se ha encontrado en algunos cultos religiosos que se dedican al crimen organizado en México, generalmente en ciertos grupos que le rinden culto a la Santa Muerte.
De acuerdo con las descripciones del antropólogo Claudio Lomnitz, en su obra ‘Para una teología política del crimen organizado’, estos grupos no consumen carne humana por necesidad, sino porque de esta manera buscan simbolizar el poder y la dominación, por lo que, según el experto, todos sus rituales están cargados de superstición y misticismo.
Se sostiene dentro de estos grupos que al ingerir la carne de un enemigo, los integrantes pueden absorber la fuerza y poder del enemigo. De la misma manera, el antropólogo explicó que esta práctica forma un vínculo entre los líderes y los principiantes de lealtad y respeto.
El antropólogo afirmó para la BBC que a los integrantes de estos grupos “se les pone como prueba que coman una parte de una persona que ha sido asesinada, normalmente de otro grupo (criminal), pero también puede ser del mismo grupo. Si no lo hacen, los matan ahí mismo. Es la prueba para pertenecer a la organización. En otro momento, el más siniestro de todos, es cuando tú dominas tanto tu territorio, que metes carne humana en un platillo”.
Lomnitz, por otra parte, aseguró que el canibalismo llegó a México cuando arribaron “los mal llamados narcosatánicos en Matamoros, en 1989. El sacrificio humano se hacía para construir una relación de complicidad, para guardar un secreto. Luego se empieza a usar el canibalismo a la hora de reclutar a nuevos miembros para el crimen organizado, típicamente soldados para que trabajen como sicarios”.
¿Cómo se dio la investigación?
Las alertas se encendieron cuando un hombre de nacionalidad hondureña fue secuestrado y durante su cautiverio le dieron de comer carne humana. El hombre sobrevivió y contó su experiencia en una entrevista de 2021.
Agregó que también “hay ejemplos horrorosos y escalofriantes de canibalismo entre los Zetas (grupo criminal en México) en que matan a un traidor y, como si fueran carniceros, mandan a cocinar su carne. No estamos hablando de ingerir un brebaje con un poco del corazón de una persona en un ritual. Estamos hablando de cocinar las piernas, las partes más carnosas, para ponerlas en tamales. Y estos tamales se sirven en un banquete, en una fiesta de fin de año, donde invitan a los comensales a que participen de la ingestión de carne humana”.