Hamás anunció que al menos 71 personas murieron este sábado, 13 de julio, en un bombardeo israelí en un campo de desplazados del sur de la Franja de Gaza, un ataque que, según Israel, tenía como blanco un mando militar del movimiento islamista palestino.

Tras más de nueve meses de guerra contra Hamás, Israel afirmó que en su ataque contra el campo de desplazados de Al Mawasi, cerca de Jan Yunis, en el sur de la Franja, había apuntado contra Mohamed Deif, jefe del brazo armado del movimiento islamista y uno de los responsables más buscados por Israel.

El ataque también tenía como blanco Rafa Salama, el comandante de las brigadas de Hamás en Jan Yunis, según el ejército.

El Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, gobernada por Hamás desde 2007, anunció que al menos 71 palestinos murieron y 289 resultaron heridos en un bombardeo en ese campo de desplazados, que había sido declarado “zona humanitaria” por Israel.

Una mujer palestina inspecciona los daños, después de que las fuerzas israelíes se retiraran del barrio de Shejaiya, tras una operación terrestre. | Foto: Restringido

“Aún hay muchos cuerpos de mártires esparcidos por las calles, bajo los escombros y alrededor de las tiendas de los desplazados a los que no se puede acceder debido a los intensos bombardeos” israelíes, declaró Mahmud Basal, portavoz de la Defensa Civil del enclave.

El bombardeo tuvo lugar en una “zona cerrada gestionada por Hamás donde, según nuestras informaciones, solo estaban presentes terroristas de Hamás y no había civiles”, indicó el ejército israelí, sin precisar si Mohamed Deif y Rafa Salama habían muerto.

“Falsos argumentos que pretenden esconder el alcance de la espantosa masacre”, alegó el movimiento islamista palestino.

“¿Qué hemos hecho?”

Las víctimas del bombardeo del campo de Al Mawasi fueron trasladadas a varios hospitales de la región.

En el hospital kuwaití de Rafah, en el sur del enclave, el director Suhaib al Hams calificó la situación de “verdadero desastre” e indicó que la mayoría de las víctimas tenían heridas graves.

“¿Qué hemos hecho? Simplemente estábamos sentados cerca de la playa”, comentó una palestina, cerca de un cuerpo yaciente en una calle del campo.

Tras meses de llamados internacionales a un alto el fuego, la presión aumenta cada vez más contra el gobierno de Israel.

Para este sábado se convocaron tres manifestaciones, dos de ellas en Tel Aviv y una en Jerusalén, contra la administración del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y para reclamar un acuerdo que permita el retorno de los rehenes secuestrados durante el ataque de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel.

Ese ataque, en el que comandos islamistas mataron a 1.195 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes, fue el que desencadenó la guerra.

El ejército israelí estima que 116 personas permanecen cautivas en Gaza, 42 de las cuales habrían muerto.

En respuesta, Israel juró aniquilar a Hamás y lanzó una ofensiva que ya mató a 38.443 personas en Gaza, también civiles en su mayor parte, según el Ministerio de Salud del territorio.

25 baños para 14.000 personas

En tanto, “los soldados continúan sus operaciones” en Ciudad de Gaza, declaró el ejército israelí.

Varios muertos y heridos fueron trasladados por la noche al hospital de Deir al Balah, en el centro, tras bombardeos contra el campo de refugiados de la localidad y el de Neuseirat.

La situación humanitaria sigue degradándose en el territorio asediado por Israel. En una escuela de esa localidad, 14.000 gazatíes comparten 25 baños, denunció el sábado la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

El ejército israelí señaló el sábado que la víspera había matado a un combatiente del brazo armado de Hamás, Hossam Mansur, uno de los directores de una fundación que, según las fuerzas israelíes, transfiere “fondos a organizaciones terroristas bajo la premisa de actividades humanitarias”.

Netanyahu afirmó que pretende continuar la guerra hasta la destrucción de Hamás. | Foto: AFP or licensors

“Tendencia positiva”

En el plano diplomático, los países mediadores --Catar, Egipto y Estados Unidos-- continúan sus esfuerzos con vistas a una tregua.

El presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó que “el marco” del plan de alto el fuego que presentó el 31 de mayo había sido “aceptado por Israel y Hamás”.

“Aún quedan algunas lagunas por cubrir” pero “la tendencia es positiva”, declaró.

Hamás anunció la semana pasada que su movimiento ya no exige un alto el fuego permanente para negociar la liberación de los rehenes, una condición que constituía una de sus líneas rojas.

Aún así, Netanyahu afirmó que pretende continuar la guerra hasta la destrucción de Hamás, considerada una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, y lograr la liberación de todos los rehenes.

*Con información de AFP.