El chef español Daniel Sancho, sentenciado a cadena perpetua en Tailandia por el asesinato del médico colombiano Edwin Arrieta, apelará la sentencia, anunció el jueves uno de sus abogados.
“Se va a recurrir, seguro, sin ninguna duda”, declaró a periodistas el abogado Marcos García-Montes al salir del tribunal de la isla tailandesa de Koh Samui donde se dictó la sentencia.
Un tribunal de Tailandia declaró el jueves a Daniel Sancho Bronchalo, miembro de una famosa familia de actores españoles, culpable de asesinato premeditado y lo sentenció a cadena perpetua por un escabroso caso en el que la víctima fue descuartizada.
La Corte Provincial de Koh Samui dictó una sentencia inicial de pena de muerte para Sancho, pero en su fallo la conmutó por cadena perpetua debido a su cooperación durante el juicio, dijo a The Associated Press el coronel de la policía Paisan Sangthep, subcomandante de la policía de la provincia de Surat Thani, quien asistió a la vista.
Sancho, un cocinero de 30 años con un canal en YouTube, había sido acusado del asesinato de Edwin Arrieta Arteaga, un cirujano plástico colombiano de 44, cuando ambos estaban de vacaciones en la isla tailandesa de Koh Pha-ngan en agosto del año pasado.
La isla es famosa por sus fiestas mensuales de “luna llena” en la playa, que duran toda la noche y atraen a visitantes de todo el mundo.
El condenado es hijo de Rodolfo Sancho, un conocido actor español, y de Silvia Bronchalo, también actriz. Ambos, de 49 años, asistieron a la vista del jueves.
En su juicio en la isla de Samui, Sancho afirmó que había peleado con Arrieta por intentar, supuestamente, agredirlo sexualmente. Contó que Arrieta se cayó mientras forcejeaban y se golpeó la cabeza contra una bañera, lo que le hizo perder el conocimiento y morir. Entonces se declaró inocente de los cargos de asesinato premeditado.
Sancho reconoció que desmembró el cuerpo de la víctima y se deshizo de las partes en tierra y mar. Por la acusación de ocultar o dañar un cadáver fue sentenciado a cuatro meses de prisión, que se redujeron a dos por haber reconocido los hechos, añadió Paisan.
También se había declarado inocente del delito de destrucción de documentación ajena — el pasaporte de la víctima — por el que recibió una condena de dos años.
Los elementos del caso — una muerte violenta en una isla turística, las conexiones con celebridades y los detalles escabrosos — atrajeron una enorme cobertura de la prensa española. HBO produjo un documentan en español sobre los hechos.
El caso salió a la luz cuando unos basureros encontraron en un vertedero lo que el diario Bangkok Post describió como un trozo de pelvis y unos intestinos que pesaban alrededor de 5 kilos (11 libras) en un saco de fertilizante.
Poco después, Sancho reportó la desaparición de Arrieta ante la policía, y las autoridades recopilaron evidencias que relacionaban a los dos hombres y procedieron a arrestarlo e interrogarlo.
La policía estableció una narrativa y explicó a la prensa que Sancho había confesado el asesinato, apuntando que lo había planeado porque Arrieta amenazaba con deshonrarlo a él y a su familia al revelar su supuesta relación sexual.
La policía obtuvo un video de seguridad en el que se veía a Sancho comprando supuestamente un cuchillo, guantes de goma, bolsas de basura y productos de limpieza en una tienda antes de la muerte de Arrieta, lo que según la fiscalía respaldaba el argumento de premeditación.
En su alegato final ante el tribunal, Sancho dijo que lamentaba sus actos, según reportó el diario español El País.
“Siento que se haya perdido una vida y que unos padres hayan perdido un hijo”, dijo Sancho. “Siento que su familia no haya podido enterrarlo en condiciones. Siento lo que hice después de la muerte”.
*Información de AFP y AP.