Por Olga Lucía Criollo, Editora Política
“A estas alturas del partido, Joe Biden es la mejor -y, francamente, la única- esperanza de los demócratas. Un candidato alternativo no solo tendría que generar entusiasmo entre los votantes demócratas, sino también tener un perfil nacional”.
La reflexión es de Dorian Kantor, profesor de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Javeriana, quien agrega que, dado que la vicepresidenta Kamala Harrison es “en gran medida impopular”, es difícil imaginar quién más podría sustituirle como candidato para las elecciones generales de noviembre, cuando los estadounidenses escogerán al próximo inquilino de la Casa Blanca.
Esto después de que la incertidumbre sobre si el actual Mandatario estaría en capacidad de gobernar a su país durante otros cuatro años parece ser la mayor conclusión del debate televisado que convocó a Joe Biden y Donald Trump en la noche del jueves.
De hecho, el docente coincide con otras voces al afirmar que el Presidente lució confuso, “apenas capaz de proyectar su voz, a menudo no pudo terminar sus frases. Parecía totalmente incapaz de enfrentarse al expresidente Trump”, al punto que, tras terminar el cara a cara, la campaña demócrata emitió un comunicado diciendo que su voz áspera se debía a que tenía gripa.
“No obstante, el Presidente perdió sin duda el debate frente a su oponente”, opina Kantor, quien considera que la campaña de Biden necesitaba esta victoria para disipar las preocupaciones sobre la edad y la agudeza mental del actual Mandatario, “del mismo modo que a principios de año había demostrado que podía pronunciar un poderoso discurso sobre el Estado de la Unión. Pero, en lugar de eso, dejó a los espectadores y a los operativos de la campaña demócrata en estado de shock y pánico”.
Con él coincide Felipe Cifuentes, también docente de la Universidad Javeriana: “Biden se muestra frágil y genera desconfianza en el electorado frente a su capacidad para gobernar el país otros cuatro años y Trump miente y no responde preguntas críticas, sobre todo en lo referente a los sucesos del 6 de enero, cuando manifestantes se tomaron el Capitolio. Trump es muy hábil para evadir las preguntas, para recibir un ataque con tranquilidad y atacar él de una manera efectiva”, concluye a manera de balance del debate.
Ahora bien, con respecto a las posibilidades reales de que el nombre de Joe Biden sea sustituido de cara a la cita de noviembre Dorian Kantor resalta que la política de partidos ya no funciona como hace 50 años: “Antes de que los demócratas adoptaran el sistema de primarias, las élites del partido seleccionaban a los presidenciables”.
Pero además es contundente: “Dudo que Biden esté dispuesto a echarse a un lado. Es un hombre ambicioso que lleva décadas queriendo el puesto que ocupa. Su esposa, la Vicepresidenta y algunos líderes del partido podrían, en teoría, presionarlo para que deje que otro se presente a las elecciones. Sin embargo, es muy poco probable”.
Y Felipe Cifuentes ratifica que el reemplazo natural del actual jefe de la Casa Blanca debería ser la Vicepresidenta, “pero la favorabilidad de ella es muy reducida, los votantes no confían en ella. Luego, menciona que otros factores que impedirían que haya una modificación en la nominación del Partido Demócrata es que “las primarias ya han puesto a Biden como candidato, por lo que solo él puede dar un paso al costado de forma autónoma o voluntaria”.
“De igual forma, resulta interesante analizar que los millones de dólares que ha recaudado la campaña de Biden han sido precisamente a nombre del presidente, entonces los donantes podrían solicitar la devolución de su dinero”, conceptúa el docente.
Sin embargo, mientras el propio Mandatario intentó dejar en claro que no desistirá de su pretensión de continuar otros cuatro años al frente de los destinos de la mayor potencia del mundo, The New York Times, uno de los medios de comunicación más influyentes de ese país le pidió ayer a Biden que no busque la reelección.
Entre tanto, para el profesor Cifuentes Trump seguirá tratando de sacarle réditos políticos a los procesos judiciales que se siguen en su contra, “proyectándose como el candidato que incomoda al Establecimiento”.
Pero, dice, “el hecho de que tengamos dos candidatos octogenarios para la Presidencia de EE. UU. nos pone a preguntarnos sobre la renovación de la política. Es bien interesante cómo la democracia se ve afectada por no haber una renovación generacional de los políticos, al no haber candidatos relevantes en ambos partidos”.