A pocas horas de la crucial y emblemática votación en el Congreso para derogar la ley sobre cobertura médica de su predecesor, el presidente de EE. UU., Donald Trump, sigue sin estar seguro de ganarla por la rebelión de una parte de la mayoritaria bancada republicana. Lea también: Trump lanza ofensiva para impulsar proyecto de reforma del 'Obamacare'
La Cámara de Representantes votará este jueves un texto que, de ser aprobado, derogaría y reemplazaría la reforma sanitaria aprobada durante el mandato de Barack Obama, conocida como ‘Obamacare’, una promesa de campaña de Trump.
Pero la derecha del Partido Republicano estima que el proyecto de ley sigue siendo demasiado dispendioso para el Estado Federal, mientras que los más moderados están preocupados por el aumento previsto del costo de los seguros de enfermedad para ciertos sectores de la población y por la pérdida de cobertura que sufrirán 14 millones de estadounidenses a partir del 2018, año de elecciones legislativas.
“No hay un plan B”, afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer. “Hay un plan A y un plan A. Lo vamos a conseguir”. Este tono desafiante escondía una evidencia: la votación de hoy se anuncia muy reñida.
La minoría demócrata se opone totalmente, lo que obliga a los dirigentes republicanos a tratar de limitar las defecciones en el seno de su grupo a una veintena de un total de 237 representantes.
‘Freedom Caucus’, el ‘grupo de la libertad’, herederos ultraconservadores del Tea Party de 2010, calificaron el plan republicano de ‘Obamacare Light’, ya que mantendría descuentos de los impuestos para ayudar a los estadounidenses a pagar su seguro de enfermedad, y ellos quieren que el Estado federal se retire totalmente del mercado de la salud.
Además los líderes republicanos reformaron parte el texto la semana pasada. Agregaron, por ejemplo, una cláusula que pone como condición que los beneficiarios del programa público de cobertura de salud Medicaid, destinado a los más pobres, trabajen. Pero varios miembros del Freedom Caucus aseguraron ayer que tenían suficientes votos como para torpedear el texto, y pidieron posponer la votación.
“Sigo teniendo esperanza de que podamos modificar el texto. Seguiré intentándolo las 24 horas del día. Pero no puedo apoyar la ley en su forma actual”, sostuvo Mark Meadows, presidente del Freedom Caucus.
Donald Trump había prometido en su campaña electoral erradicar el Obamacare. Ayer desde el Congreso dijo a los demócratas: “Muchos de ustedes se sumaron a la promesa de derogar y reemplazar Obamacare. Creo honestamente que muchos de ustedes perderán sus escaños en 2018 si no logran esto”.
Mientras tanto los demócratas emitieron una declaración conjunta en la que advirtieron que la medida republicana, aún con los cambios, es “devastadora” y será un revés para las mujeres y sus familias, y perjudicará a quienes son madre por primera vez y reciben protecciones laborales cuando toman licencia por maternidad.
El republicano Chris Collins explicó a un grupo de periodistas que entre los veinte o treinta legisladores que dicen que votarán “no” , algunos podrían sacrificarse y votar “sí” a último momento para ahorrarle al partido una gran humillación.
La prueba de hoy es importante para Donald Trump que ha puesto toda su influencia en juego. Se juega su credibilidad de negociador, al igual que Paul Ryan, presidente de la Cámara baja, quien podría decidir aplazar la votación si prevé un fracaso.
“Estamos en etapa de prenegociación”, aseguró Rand Paul, senador republicano que apoya la rebelión de sus colegas en la Cámara.
Si hoy triunfa la semana próxima comenzará una etapa aun más delicada en el Senado, donde el proyecto tiene garantizada, al menos en su versión actual, una derrota. Allí deberá demostrar Donald Trump su capacidad de llegar a acuerdos.
Nunes reconforta a Trump
En medio de la tormenta por haber acusado sin pruebas al expresidente Barack Obama de espiar sus comunicaciones, el presidente Donald Trump dijo sentirse reconfortado por las palabras de Devin Nunes, presidente de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
El legislador republicano dijo que las agencias de inteligencia estadounidenses habían interceptado las comunicaciones de algunos miembros del equipo de Trump durante el período de transición.
“Pensé que era importante que el Presidente lo supiera”, declaró tras reunirse con Trump en la Casa Blanca.
Durante una audiencia en el Congreso, el director del FBI, James Comey, dijo que no disponía de ninguna información que le permitiera suscribir la tesis de que las comunicaciones de la Trump Tower fueron espiadas, tal como denunció Donald Trump.