Graves incidentes entre manifestantes y la policía frente al Congreso argentino dejaron varios heridos, entre ellos cinco diputados afectados por los gases, y autos incendiados. Los disturbios ocurrieron este miércoles 12 de junio mientras el Senado debate un paquete de reformas crucial para el presidente ultraliberal Javier Milei.
Los disturbios comenzaron cuando los manifestantes buscaron burlar el sistema de vallas montado para aislar al Congreso y fueron repelidos por gases, balas de goma y chorros de camiones cisterna.
Los manifestantes reaccionaron arrojando piedras a los uniformados y al menos dos autos fueron incendiados, entre ellos uno del medio de prensa Cadena 3. Sin embargo, la policía no ha proporcionado un balance de heridos o detenidos.
Al menos cinco diputados fueron gaseados por la policía y debieron ser hospitalizados, mientras decenas de manifestantes fueron asistidos en el lugar, también afectados por los gases, según legisladores y una oenegé.
Dentro del Congreso se debatía la ley Bases, un paso crucial para el gobierno de Milei que a seis meses de comenzar no ha logrado respaldo legislativo.
“Es un día muy violento, en 40 años de democracia nunca había visto una represión así”, dijo la diputada opositora Cecilia Moreau a la AFP al confirmar que cinco colegas que acompañaban la manifestación fueron alcanzados por los gases.
“Roberto María La Cruz Gómez, soy peronista y vengo a que la ley Bases no salga, porque soy argentino!”, gritó un joven mientras era detenido por policías federales.
Una comisión de senadores intercedió con las fuerzas de seguridad para intentar aplacar los ánimos mientras continuaba del debate, que se estima se prolongará hasta la madrugada del jueves 13 de junio.
El Senado debate la ley Bases que en sus 238 artículos incluye incentivos a las grandes inversiones por 30 años, una reforma laboral, privatizaciones y una polémica delegación de facultades legislativas al presidente ultraliberal, urgido de respaldo legislativo tras seis meses de gobierno si la aprobación de ninguna ley.
La reforma laboral en particular “vuelve al siglo pasado cuando el empleado no tenía ningún derecho laboral, no resiste el análisis constitucional y va a generar conflicto y litigiosidad”, acusó el senador opositor Mariano Recalde.
La ley ya había sido aprobada por la Cámara de Diputados en abril. Si los senadores le dan apoyo, el texto volverá a la Cámara Baja para su sanción definitiva.
“El esfuerzo de los argentinos en estos meses es mayúsculo, esperamos (con esta ley) sentar las bases del progreso”, dijo en su discurso de apertura el senador oficialista Bartolomé Abdala.
Recesión
Milei, quien parte el miércoles de noche a Italia para participar en la cumbre del G7, defendió su paquete de reformas: “Llevan seis meses discutiendo la ley Bases que hubiera hecho que el ajuste sea menos doloroso, pero a la política eso no le importa”.
“Desde el FMI hasta los inversores extranjeros, muchos actores dicen que, para que la propuesta de Milei sea creíble, se necesitan leyes del Congreso, se necesitan acuerdos, se necesita un Estado más o menos funcionando”, comentó a AFP Iván Schuliaquer, politólogo de la Universidad de San Martín.
El debate se realiza en un contexto de economía en recesión, con desplome de la actividad industrial y el consumo, miles de despidos y una inflación en desaceleración, pero aun en torno al 300 % interanual.
El peso del ajuste recayó sobre todo en las jubilaciones y en el poder adquisitivo del salario en un país con la mitad de su población en la pobreza.
“Nido de ratas”
El proyecto naufragó en su primer intento en la Cámara de Diputados y para reflotarlo, el gobierno hizo numerosas concesiones hasta reducir su contenido original de 600 artículos a un tercio.
En medio de los tironeos, el presidente anarcopitalista calificó al Congreso como “nido de ratas”, entre otros improperios contra legisladores y gobernadores.
En el Senado, el presidente cuenta apenas con siete de las 72 bancas y necesita el voto de 37 legisladores para la sanción.
Si el paquete es rechazado, Milei tendrá que esperar un año para volver a impulsarlo, una posibilidad que debilitaría políticamente a un presidente ya golpeado en varios frentes.
En particular, el mastodóntico ministerio de Capital Humano, que reúne cuatro carteras más la administración de seguridad social, está bajo fuego tras el hallazgo de 5.000 toneladas de alimentos que estaban guardados mientras el gobierno se negaba a enviar comida a los comedores populares.
El Senado también debatirá una reforma fiscal paralela, que incluye reinstalar un impuesto a las ganancias para gravar los salarios y jubilaciones.
*Con información de AFP.