Ecuador repartió sus afectos rumbo a la elección de su próximo presidente. La pugna a favor o en contra del legado del socialista Rafael Correa dividió a un país desesperado por superar la guerra del narcotráfico y la debacle económica, según expertos.

El miedo, el recuerdo de épocas mejores y el hastío de las fórmulas desgastadas movieron a los electores hacia dos fuerzas opuestas, pero nadie pensó que terminaría en un cerrado empate.

El presidente Daniel Noboa y la izquierdista Luisa González, delfina de Correa (2007-2017), tendrán su revancha en el balotaje del 13 de abril, con un desenlace incierto.

El presidente de Ecuador y candidato presidencial del partido Acción Democrática Nacional, Daniel Noboa, muestra su voto después de votar en un colegio electoral en Olón, provincia de Santa Elena, Ecuador. | Foto: AFP

Para el politólogo Santiago Cahuasquí “es la primera vez” en 50 años que Ecuador “asiste a un nivel extremo de polarización”.

¿Cómo explicar la división que reina en la pequeña nación de 18 millones de habitantes?

¿Quién ganó, quién perdió?

A cuatro puntos de terminar el escrutinio, Noboa (44,15 %) supera por muy poco a González (43,95 %).

Con esa diferencia de menos de un punto porcentual, “sale fortalecido el correísmo”, que por primera vez supera su techo electoral de unos 33 puntos, dice el analista Leonardo Laso.

El golpe es claro para el presidente, que había cantado su reelección en primera vuelta.

Aunque en redes sociales Noboa es un popular joven dinámico, visto como un “rambo” contra el crimen, en la vida real su talante recio le pasó factura. “Carece de empatía (...) es un tipo muy frío, muy escueto, muy parco, no concede entrevistas, no interacciona con la gente, difícilmente sonríe”, describe Laso.

En las calles, algunos admiten haber votado por primera vez por el correísmo desencantados del jefe de Estado. Por ejemplo, debido a la crisis eléctrica que golpeó al país el año pasado por una prolongada sequía.

“La última parte de mi embarazo la pasé con apagones de hasta 14 horas, fue todo un martirio, viví un infierno”, dice en el puerto de Guayaquil (suroeste) Yadira Sarmientos.

En las calles, algunos admiten haber votado por primera vez por el correísmo desencantados del jefe de Estado. | Foto: AFP or licensors

Campaña sucia

Expertos auguran una campaña visceral para el balotaje. “La estrategia de ambos candidatos (...) va a ahondar en la polarización”, prevé Cahuasquí, de la Universidad Internacional SEK.

La desinformación promete seguir tensando la campaña al ritmo de sofisticados ataques para enlodar a uno y otro candidato con ayuda de la inteligencia artificial.

Los correístas ya estaban curtidos en “campañas negativas” de polarización, pero Noboa cometió el “error trascendental” de seguir el mismo juego, según Laso.

“Al pueblo no le interesa tanto la política ni quien gane, sino que trabaje por nosotros”, dice Rodolfo Intriago, un comerciante de zapatos en el centro de guayaquileño.

Le preocupa la guerra que se instala en su cotidianidad por el narcotráfico: asesinatos, secuestros, robos, extorsiones. “A algunos compañeros no los dejan trabajar, peor vivir”, cuenta Intriago a la AFP.

Ecuador dejó atrás su reputación de ejemplo de paz en una región convulsa. Hoy los carteles con tentáculos internacionales dejan una tasa de homicidios a 38 por cada 100.000 habitantes. En 2023 se registró el récord de 47.

*Con información de AFP.