Las intensas lluvias provocadas por una DANA (depresión aislada en niveles altos) han generado una crisis sin precedentes en varias regiones de España. Este fenómeno meteorológico ha desbordado ríos, inundando calles y arrasado tanto viviendas como vehículos, dejando a decenas de personas atrapadas en sus hogares.
Las comunidades más afectadas son Valencia y Castilla-La Mancha, donde las imágenes de la devastación se han multiplicado en los medios, reflejando la magnitud de la tragedia que ha golpeado a estas zonas.
En medio de este caos, Sandra Patricia Restrepo, una vallecaucana que reside en Torre la Vega, compartió su experiencia a El País. Aunque su hogar se encuentra a una distancia considerable de las áreas más impactadas, la preocupación la acompaña desde que conoció la tragedia.
Desde su ubicación, que está relativamente alejada de los puntos críticos de inundación, Sandra ha estado siguiendo con atención la evolución de la situación, especialmente porque las autoridades han anunciado que DANA se dirigirá hacia Bilbao, una ciudad situada a solo hora y media de donde vive.
“DANA es como una tormenta tropical. Como ahí (Valencia) hay bahía, hay río, no le avisaron a la gente nada y se vino la tormenta, porque eso sacó el agua de la bahía y el río, porque lo que está inundado no es Valencia en sí. Es como decir Cali y alrededor los pueblos, Valencia y los pueblos”, relató Sandra Restrepo.
A pesar de que en Torre la Vega las lluvias han cesado y la situación parece más tranquila, el miedo persiste entre los residentes. La comunidad teme que las fuertes lluvias en Bilbao puedan tener repercusiones en su localidad, particularmente para aquellos que residen cerca del río que atraviesa Torre la Vega. Aunque muchos creen que las condiciones geográficas del centro de la ciudad, situado en una zona alta, brindan cierta seguridad, la incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir es palpable.
“Este pueblo (Torre la Vega) tiene mar, no ha subido la marea, el problema son las lluvias y las bahías que hay, porque Santander (pueblo vecino) hay una bahía, Bilbao tiene un río y está en zona roja, por eso ocurren las tragedias”, mencionó la mujer a El País.
Las autoridades locales han instado a los ciudadanos a mantenerse informados y preparados, recordando que las lluvias pueden reactivarse y generar nuevas inundaciones. Mientras tanto, los esfuerzos de rescate y asistencia en las zonas afectadas continúan, y la solidaridad de los españoles se ha hecho evidente, con numerosos voluntarios ofreciendo su ayuda a los damnificados.
Sandra, como muchos otros colombianos, espera que la situación no empeore y que las lluvias se detengan pronto, permitiendo que las comunidades afectadas comiencen el arduo proceso de recuperación. La experiencia de esta vallecaucana refleja el impacto emocional que estos desastres naturales pueden tener en las personas, no solo en quienes se encuentran en el ojo de la tormenta, sino también en aquellos que, aunque a distancia, sienten la angustia y el temor de lo que pueda venir. La situación es un recordatorio de la fragilidad ante la fuerza de la naturaleza y la importancia de la preparación ante fenómenos climáticos extremos.