Germán Rivera, un oficial en retiro del Ejército colombiano se declaró este jueves, 7 septiembre, culpable de ayudar a planear y llevar a cabo el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse en su residencia el 7 de julio de 2021.
El exmilitar también conocido como Coronel Mike se declaró culpable de tres cargos que podrían dejarle en una prisión estadounidense el resto de su vida, según los documentos presentados ante un tribunal federal de Florida.
El 7 de julio de 2021, un comando armado de unos 20 colombianos asesinó a tiros al presidente haitiano, de 53 años, en su residencia privada en Puerto Príncipe, la capital de Haití, sin que intervinieran sus guardaespaldas.
Rivera, junto con otras personas, fue acusado en virtud de la legislación estadounidense, pues el plan de asesinato se organizó en Florida. Un portavoz de la oficina del fiscal federal en el distrito sur de Florida citado en un artículo de The New York Times advirtió hace pocos días que si el exmilitar colombiano aceptaba su responsabilidad en este crimen, podría testificar en contra de sus cómplices.
“Les escribo para avisarles que el señor Germán Rivera tiene decidido declararse culpable”, afirma una nota de Sarah Schall, portavoz de la oficina del fiscal federal del sur de Florida, a The New York Times. El exmilitar colombiano es acusado de “conspiración para cometer asesinato o secuestro fuera de territorio estadounidense”.
En febrero, el fiscal Markenzy Lapointe declaró en una nueva conferencia que en el atentado contra Moïse subyacían ansias de dinero y poder. Lapointe afirmó que dos directivos de una empresa de seguridad de Miami, CTU, idearon un plan para secuestrar a Moïse y sustituirlo por Christian Sanon, un ciudadano haitiano-estadounidense que quería convertirse en presidente del país caribeño.
En mayo de 2021, Rivera entregó armas y equipos de asalto para acabar con la vida de Moïse y su esposa. Supuestamente, el exmilitar indicó que se trataba de una operación respaldada por la CIA, por lo que los mercenarios capturados aseguraron en su momento que les tendieron una trampa.
A cambio de derrocar a Moïse, les prometieron lucrativos contratos para construir infraestructuras y proporcionar fuerzas de seguridad y material militar en un futuro gobierno dirigido por Sanon, también acusado en Estados Unidos, según los fiscales.
El objetivo inicial de la conspiración era secuestrar a Moïse, pero luego evolucionó hacia el asesinato, según los documentos judiciales. En junio de este año, otro miembro de la conspiración, el haitiano-chileno Rodolphe Jaar, se declaró culpable y fue condenado a cadena perpetua por su papel en el suministro de armas para llevar a cabo el asesinato.
Haití se encuentra sumido en el caos desde el asesinato de Moïse. Las bandas controlan alrededor del 80% de la capital haitiana, y los delitos violentos, como los secuestros para pedir rescate, los robos a mano armada y los robos de autos, siguen aumentando en la empobrecida nación caribeña.
La semana pasada, el máximo responsable de asuntos humanitarios de las Naciones Unidas, Martin Griffiths, denunció la “extrema brutalidad” de la violencia relacionada con las bandas en Haití. “Esta carnicería debe parar”, escribió Griffiths en X, antes Twitter.
Colombianos detenidos en Haití
A finales de agosto de este año, un juez en Haití interrogó por primera vez a algunos de los 18 colombianos arrestados hace más de dos años y acusados de formar parte del escuadrón que asesinó a Jovenel Moïse. Los exsoldados colombianos se habían negado a hablar cuando los interrogó otro juez asignado al caso, dijo a The Associated Press el magistrado Bernard Saint-Vil.
Los dos primeros sospechosos fueron transportados el pasado 28 y 29 de agosto desde la principal penitenciaría de Haití en el centro de Puerto Príncipe a una oficina gubernamental en Petion-Ville, para ser interrogados por el juez Walther Wesser Voltaire.
Los 18 colombianos se encuentran entre los más de 40 sospechosos, incluidos agentes de policía de élite haitianos, que fueron arrestados en Haití después de que Moïse fuera asesinado a tiros en julio de 2021 en su residencia privada. La investigación en Haití ha avanzado muy lentamente, en parte debido a una alta rotación de jueces que supervisan el caso.
*Con información de AFP