El fenómeno meteorológico El Niño, con consecuencias para todo el planeta al propiciar fenómenos climáticos extremos, ha comenzado, informó oficialmente esta semana la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
Este fenómeno se caracteriza por el calentamiento de la superficie del océano Pacífico oriental ecuatorial y se produce cada 2 a 7 años en promedio.
“Dependiendo de su fuerza, El Niño puede causar una variedad de impactos, como aumentar el riesgo de fuertes lluvias y sequías en algunos lugares del mundo”, afirmó la climatóloga de la NOAA Michelle L’Heureux, quien agregó que también podría provocar temperaturas récord.
“El cambio climático puede exacerbar o mitigar ciertos impactos relacionados con El Niño. Por ejemplo, El Niño podría generar nuevos récords de temperaturas”, explicó.
En mayo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) previó que el período 2023-2027 sería el más caluroso jamás registrado en la Tierra, bajo el efecto combinado de El Niño y el calentamiento global provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero.
El fenómeno contrario, La Niña, que tiende a provocar un descenso de las temperaturas, ha llegado hace tres años.
En general, El Niño tiende a moderar la actividad de huracanes en el Atlántico, pero los favorece en el Pacífico, según la NOAA.
Australia advirtió esta semana que El Niño aumentará las temperaturas en un país ya de por sí vulnerable a incendios forestales.
La influencia del fenómeno en Estados Unidos es débil durante el verano, pero más pronunciada desde fines del otoño hasta la primavera, afirma la NOAA en su comunicado.
No obstante, pese a que apenas está iniciando, este Fenómeno ya se empieza a sentir en algunos países centroamericanos, donde se ha comenzado a reducir la generación eléctrica según el Ente Operador Regional (EOR), con sede en San Salvador.
El Mercado Eléctrico de la Región tiene “como una condición común” que El Niño afecta su “funcionamiento” por los bajos caudales de agua de lluvia que llega a los “embalses de almacenamiento”, declaró el director del EOR, el nicaragüense René González.
Ante las escasas lluvias, según González, los países encendieron “alarmas” y algunos se anticiparon con iniciativas para “abastecer la demanda total” interna mediante compras en el mercado regional que opera en forma libre.
Desde inicios de mayo, “Nicaragua, Costa Rica y Panamá han tomado medidas de compra de energía” con el fin de “guardar energía hidroeléctrica para los momentos de mayor demanda hacia el futuro”, explicó.
Esa decisión “aumentó la demanda de energía” a nivel regional y “aumentó” también el precio pagado “para guardar su seguridad” y brindar el servicio sin interrupciones.
Honduras es el país más afectado en el istmo por la falta de electricidad. Su estatal Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) tiene un calendario de cortes del servicio.
El sábado, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, reconoció la grave situación del suministro eléctrico en su país, donde los empresarios anticipan una caída del PIB por esa causa.
“Sabemos que enfrentamos (un) grave racionamiento de energía por bajo nivel de agua en represas e indisponibilidad de plantas térmicas”, lamentó Castro.
Empresarios de la costa norte de Honduras, la de mayor desarrollo industrial, dicen que tienen cortes de hasta ocho horas diarias.
La ENEE anunció en un comunicado que se creó una comisión interinstitucional público y privada para “crear soluciones frente a la crisis que enfrenta el país”, la cual “se agudiza a causa de las condiciones climáticas severas que azotan la región”.
En 2022, con “hidrología normal”, hubo entrega de 3.108 gigavatios/hora, pero para 2023 con El Niño desciende a 2.797 gigavatios/hora, una reducción regional de 10%.
En 2013, con una inversión de casi 500 millones de dólares, se completó el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC), que incluye 1.793 km de líneas de transmisión desde Guatemala hasta Panamá.
A inicios de mayo, los países que más electricidad inyectaron al sistema fueron El Salvador con 132.473 megavatios/hora (MWh), Guatemala 56.904 y Panamá 15.066. Honduras desde el 15 mayo inyecta 3.227 MWh.
Conforme avanza la crisis por El Niño, Guatemala compró en mayo 22.884 MWh, El Salvador 41.621, Honduras 9.569, Nicaragua 48.808, Costa Rica 51.155 y Panamá 23.571.
Ocurrió por última vez en 2018-2019 y dio paso a un episodio particularmente largo de casi tres años de La Niña, que provoca efectos contrarios y en particular un descenso de las temperaturas.
El Niño nace de unas aguas inusualmente cálidas en el Pacífico oriental, cerca de la costa de Sudamérica, y suele ir acompañado de una ralentización o inversión de los vientos alisios del este.
Con información de AFP