El gobierno de Sudán declaró persona “no grata” al enviado de la ONU, el alemán Volker Perthes, a quien acusa desde hace semanas como responsable de la guerra en el país, donde los combates continuaron este viernes cerca del mayor complejo militar sudanés.
“El gobierno de la República de Sudán notificó al secretario general de Naciones Unidas que declaró a Volker Perthes (...) persona ‘no grata’ a partir de hoy”, dijo el jueves el ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Esta decisión fue tomada “porque (Perthes) se puso del lado de algunos partidos políticos e insistió en que la vida política sólo incluye a ciertos partidos y excluye a otros”, dijo a la AFP una fuente gubernamental, que requirió el anonimato.
El gobierno “había pedido a Naciones Unidas” que Perthes “fuera reemplazado” y ante su negativa, “no quedó otra opción que tomar esta decisión”, agregó.
El jefe del ejército sudanés, el general Abdel Fatah al Burhan, había reclamado el cese de Perthes acusándolo de ser responsable del conflicto que estalló el 15 de abril con los paramilitares del general Mohamed Hamdan Daglo.
En esa carta dirigida a la ONU, el general Burhan había reprochado a Perthes haber “disimulado” en sus informes la situación explosiva en Jartum antes del inicio de las hostilidades.
Sin estas “mentiras”, el general “Daglo no habría lanzado sus operaciones militares”, aseveró.
Los combates estallaron el día en que estaba prevista una reunión entre los dos generales enemistados para negociar la integración de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) al ejército regular, como reclamaba la ONU desde hacía semanas.
Aunque numerosos observadores pronosticaban un fracaso de la reunión, Perthes expresó su “optimismo”. Tras el estallido de la guerra, reconoció que esta lo tomó por sorpresa.
Cuando el general Burhan envió su carta acusadora, Perthes se encontraba en Nueva York. Y desde entonces, las autoridades no han emitido visados a extranjeros.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó entonces su “entera confianza” en su enviado.
Pero a principios de junio, la misión de la ONU en Sudán, con Perthes al frente, fue prorrogada sólo por seis meses y no por un año como se hacía desde su creación en 2020 para respaldar la transición democrática tras la dictadura de Omar al Bashir.
Combates
En el terreno, los enfrentamientos continuaron este viernes entre militares y paramilitares en los alrededores del mayor complejo militar de Sudán, la fábrica de armamento de Yarmuk, en Jartum, informaron a la AFP testigos.
En la noche del miércoles al jueves, testigos informaron de un gran estruendo y un incendio, después de la explosión de los depósitos de la instalación petrolera de Al Shajara, cerca de Yarmuk.
Los combates siguen desde hace más de 48 horas, según los testigos.
Las FAR anunciaron el miércoles “una nueva victoria con la toma del complejo de Yarmuk y sus depósitos de municiones”, y aseguraron que los soldados del ejército se retiraron, abandonando grandes cantidades de material y vehículos militares.
Las columnas de humo en la capital son visibles a más de 10 km. Los barrios del este fueron bombardeados el viernes, según habitantes.
La guerra actual ha causado más de 1.800 muertos, según la organización ACLED, especializada en recoger informaciones en zonas de conflicto.
Casi dos millones de personas dejaron sus hogares y 25 de los 45 millones de habitantes precisan ayuda humanitaria, asegura la ONU.
La situación está estancada, con múltiples treguas que no se han respetado. Un intento de mediación por parte de Estados Unidos y Arabia Saudita se suspendió el 1 de junio.
Los hospitales en zonas de combate solo funcionan parcialmente y la crisis puede agravarse con la llegada de las lluvias, sinónimo de paludismo, inseguridad alimentaria y malnutrición infantil.
Con información de AFP