El Papa Francisco sigue con “preocupación y dolor” la situación en Haití, donde bandas criminales siembran el caos desde hace varios días, y hace un llamado a la paz y la reconciliación.
“Sigo con preocupación y dolor la grave crisis que afecta a Haití y los violentos episodios de los últimos días”, declaró el Pontífice argentino, de 87 años, tras la oración del Ángelus de este domingo, 10 de marzo.
“Estoy cerca de la Iglesia y del querido pueblo haitiano que tanto sufre desde hace años”, añadió y pidió que “todos ofrezcan su contribución para aumentar la paz y la reconciliación en el país”, con el apoyo renovado de la comunidad internacional, para que “cesen todas las formas de violencia”.
Las bandas criminales, que controlan la mayor parte de la capital, Puerto Príncipe, y las carreteras que conducen al resto del territorio, atacan desde hace varios días comisarías, prisiones y tribunales de la nación centroamericana.
Las pandillas y una parte de la población exigen la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, que está fuera de Haití. Según los últimos reportes, Henry está en Puerto Rico, luego de su llegada tras un viaje al extranjero.
El Gobierno de Haití decretó el estado de emergencia en el departamento del Oeste, que incluye a Puerto Príncipe, así como un toque de queda nocturno de difícil aplicación por las fuerzas del orden, que ya se ven desbordadas.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 362.000 personas, de las cuales más de la mitad son niños, están actualmente desplazados en Haití, cifra que ha subido un 15 % desde el inicio del año.
Por todo ellos, los ojos de la comunidad internacional, especialmente Estados Unidos y el Sumo Pontífice, se encuentran puestos sobre la situación que está ocurriendo en Haití, debido a la grave situación de seguridad y desplazamiento que está ocurriendo.