Wendy Rush la directora de comunicaciones y la esposa de Stockton Rush, el también CEO de la compañía Ocean Gate, es la tataranieta de una icónica pareja que aparece en el filme y que falleció en la embarcación. De hecho, la mujer ha participado en tres expediciones a los restos del Titanic.
Sus tatarabuelos fueron Isidor e Ida Straus, dos de las personas más ricas a bordo del Titanic cuando este se hundió. De acuerdo con los historiadores, la pareja tenía asientos reservados en el bote salvavidas; sin embargo, se negaron a subir hasta que todas las mujeres y niños estuvieran a salvo. Esta noble acción provocó que los dos terminaran hundiéndose con la embarcación.
La muerte de ambos fue inmortalizada en la película Titanic (1997), de James Cameron. El largometraje muestra a la pareja abrazada en una cama, mientras el agua entra en el barco. La historia de los Straus también ha sido contada en otras películas como A night to remember, S. O. S. Titanic o Titanic: el musical.
“La pasión de Stockton Rush por el Titanic proviene de su esposa”, asegura el periódico The New York Times, que trazó la genealogía del fundador de Ocean Gate y su familia hasta descubrir esta simbólica conexión familiar.
El submarino se manejaba con un control de videojuegos
Después de cuatro días desde que el submarino Titán, con cinco pasajeros a bordo, que tenía como objetivo dirigirse hasta los vestigios del famoso Titanic, el barco que se hundió el 15 de abril de 1912, se dio a conocer que el control de mando del submarino es un aparato que luce exactamente como un control de videojuegos.
Es una de las fotos que varios meses atrás publicó la cuenta de Twitter de la compañía Ocean Gate, se pudo apreciar al CEO de la empresa, Stockton Rush, manejando lo que podría ser un control de PlayStation a la misma vez que miraba lo que hacía en un monitor.
Además, en agosto de 2023, se publicó en YouTube un video en el que él mismo explicaba, con mucho orgullo, todo el funcionamiento del submarino Titán, que los conduciría a ver el Titanic como nunca antes se había visto, de manera turística y solo con la participación de cinco personas.
En el video se puede apreciar que solo hay un baño, el cual tiene una especie de cortina, que es lo que lo convierte en una área privada; además, ese es el único espacio que cuenta con una pequeña ventana que permite ver hacia afuera. De hecho, se puede apreciar que el espacio es tan reducido que ningún ocupante podría ponerse de pie, es por eso, que ese tipo de expediciones no duran más que un par de horas.
Por otro lado, muestra que dentro de ese reducido espacio hay tres pantallas y que todo está monitoreado por GPS, en el cual también puede ver asuntos de temas climáticos, de movimiento, recorrido y más.
Pero, una vez se dio a conocer ese video, lo que más sorprendió es que todo el vehículo acuático se maneja a través de un control, que perfectamente puede pasar por uno de videojuegos. Este trabaja como si fuera para dicha funcionalidad, se oprimen los botones y palancas de acuerdo con las necesidades que tenga el submarino.
Asimismo, informó el CEO de Ocean Gate que el control funciona por bluetooth, así que cualquier pasajero puede tomar el control de la nave. Se cree que fue justo esa la falla que pudo haber presentado el sumergible.
Según informaciones no confirmadas, una de las personas a bordo es Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions. Esta empresa, que opera las inmersiones turísticas, cobra 250.000 dólares por un asiento en el Titán, algo así como 1.037.462.000 pesos.