Por Olga Lucía Criollo, Editora Política

“La consecuencia que puede traer a nivel político es un rechazo por parte de los Estados Unidos, la Unión Europea y otros países, que van a tomar esta decisión como una afrenta diplomática del Gobierno colombiano hacia el Gobierno de Israel”, dice el politólogo y analista internacional David A. Rosenthal sobre el anuncio del presidente Gustavo Petro de romper relaciones con el Ejecutivo que lidera Benjamín Netanyahu.

Pero, en su opinión, también tendrá afectaciones a nivel económico, en industrias en las cuales los israelíes tienen presencia en Colombia, en el comercio y todo lo que tenga que ver con ciberseguridad, armamento y compra de helicópteros y aviones utilizados para la defensa del país.

Miembros de la comunidad judía se reúnen para conmemorar a los rehenes tomados en los ataques de Hamás del 7 de octubre | Foto: Copyright 2024 The Associated Press. All rights reserved

Para él, Petro pretende demostrar ante la comunidad internacional “que él puede desarrollar un papel importante, pero lo hace de una forma muy errónea, que es tomando partido. Entonces, en vez de ayudar para la paz, lo que hace es acrecentar el conflicto y prolongar la guerra, pues de forma arbitraria está negando a la otra parte del conflicto, que es Israel”.

De hecho, dice que, al romper relaciones con el gobierno de Netanyahu, el colombiano ratifica su apoyo a Palestina y también que “está con el grupo terrorista Hamás e Irán, que esos comienzan a ser sus nuevos aliados, como lo son Venezuela, Nicaragua y de alguna forma Rusia”.

De su lado, Juan Nicolás Garzón, profesor del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, anota que la ruptura es la forma de más degradación de la relación bilateral, especialmente entre dos países que han tenido una relación histórica de amistad bastante fluida.

Sin embargo, “hay que decir que el Gobierno colombiano es consecuente con una posición que ha mantenido desde hace varios meses, en la que ha venido denunciando las atrocidades que ha cometido el estado de Israel, producto de su reacción frente a los ataques de Hamás, pero no por ello es plausible el que se dé el rompimiento definitivo del vínculo diplomático en el que se deben basar las relaciones entre los países del mundo”.

En su opinión, lo que el presidente Petro quiere es sentar un precedente muy fuerte con respecto a Israel, puesto que el gobernante colombiano ha sido crítico particularmente crítico de la manera en que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, “ha conducido la situación humanitaria en la Franja de Gaza y ha tomado una decisión extrema que va a tener resonancia regional y mundial y seguramente él quiere tomar esa vocería y asumir un rol de liderazgo en esa materia”.

De hecho, Rosenthal considera que el Jefe de Estado aprovechó el Día Internacional del Trabajo para hacer el polémico anuncio, con el propósito de que “la réplica de la noticia sea mucho más importante a nivel internacional y llegue a Israel, como ya ha llegado, de forma instantánea, siendo el único mandatario de Latinoamérica que se decide a romper relaciones con Israel y a optar por tomar partido con Palestina y, de paso, con el grupo terrorista de Hamás.

De otro lado, Garzón coincide en que “Israel suministra recursos de tecnología en el campo de la seguridad, y va a haber dificultades. Por supuesto, la relación comercial también se va a ver afectada, e Israel mantiene una estrecha relación de cooperación con muchos países en materia científica y la ruptura trastoca toda esa dinámica”.

Para él, aunque ese Gobierno no es uno de los principales países socios económicos de Colombia, “claramente no es deseable perder aliados económicos y relaciones económicas en ningún contexto, por más que estos no son las principales”.