El expolicía blanco Derek Chauvin fue condenado el viernes a 22 años y medio de cárcel por el asesinato del afroestadounidense George Floyd, una dura sentencia que refleja el impacto global de la tragedia.
El abogado de la familia Floyd, Ben Crump, saludó de inmediato la decisión como "histórica" y dijo que esta acercaba a los familiares de la víctima y a Estados Unidos "un paso más hacia la reconciliación" después de 13 tumultuosos meses.
Lea también: Al menos cuatro muertos y 159 desaparecidos tras colapso en edificio cerca de Miami
El juez Peter Cahill subrayó que "reconoce el profundo y enorme dolor soportado por la familia Floyd", pero juró que no basó su decisión en "la emoción o la simpatía". "Tampoco basé mi decisión en la opinión pública, no estoy tratando de enviar un mensaje", dijo.
Las pautas de sentencia de Minnesota recomiendan 12 años y medio de prisión por asesinato. Pero el juez Cahill consideró varios agravantes antes de la audiencia. Al asfixiar a George Floyd con su rodilla el 25 de mayo de 2020, Derek Chauvin "abusó de su posición de confianza y autoridad" y actuó "con gran crueldad", escribió.
Por primera vez desde la tragedia, el policía de 45 años, que se ha convertido en la representación de los abusos policiales en Estados Unidos, habló públicamente el viernes.
"En este momento, debido a algunos asuntos legales adicionales, no puedo dar una declaración formal completa", dijo Chauvin al tribunal de Minneapolis. "Pero brevemente, sin embargo, quiero dar mis condolencias a la familia Floyd", agregó.
Minutos antes, la familia de Floyd había exigido una explicación. "¿Por qué? ¿Qué estaba pensando cuando se arrodilló sobre el cuello de mi hermano sabiendo que él no era una amenaza?", increpó su hermano Terrence al expolicía de 45 años exigiendo una "pena máxima".
En cambio, la madre de Derek Chauvin, que también hablaba por primera vez, pidió clemencia para su hijo. En contra de su imagen pública, es un "buen hombre", aseguró Carolyn Pawlenty.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el viernes que la sentencia de cárcel dictada era "adecuada".
"No conozco todas las circunstancias que se consideraron, pero creo, según las normas, que parece ser adecuado", dijo Biden.
Veredicto rápido
El 25 de mayo de 2020, en Minneapolis, Derek Chauvin intentó detener a George Floyd, sospechoso de haber utilizado un billete falso de 20 dólares para comprar cigarrillos. Junto con tres compañeros, lo derribó al suelo, esposado.
Luego, Chauvin se arrodilló sobre el cuello de Floyd durante casi diez minutos, indiferente a las súplicas de la víctima y de los angustiados transeúntes, e incluso cuando el pulso del hombre se desvanecía.
La escena, filmada con un celular y subida a las redes por una joven, rápidamente se volvió viral y desencadenó manifestaciones en distintas partes del mundo.
El juicio de Derek Chauvin, que comenzó en marzo, fue seguido por millones de estadounidenses.
Durante semanas, la escena del crimen fue revisada desde todos los ángulos, fueron escuchados los testimonios de los testigos y de las partes y desfilaron por la sala de juicio una cantidad inédita de policías, en su mayoría para denunciar la actitud de su excolega.
De su lado, el abogado del expolicía, Eric Nelson, insistió en que Chauvin había seguido los procedimientos policiales vigentes en ese momento y que la muerte de Floyd se debió a problemas de salud agravados por el consumo de drogas.
El jurado no quedó convencido y tardó menos de diez horas en condenarlo.
Su decisión del 20 de abril fue recibida con alivio en todo el país, pues muchos temieron que una absolución condujera a peores disturbios con la exoneración, una vez más, de un policía blanco.
"De buena fe"
Pero Nelson no cambió su estrategia de defensa y dijo que su cliente cometió "un error de buena fe" y solicitó una sentencia reducida al tiempo ya cumplido, lo que permitiría que su cliente fuera liberado de inmediato.
También advirtió del riesgo de que su cliente, quien fue encarcelado tras el anuncio del veredicto en un establecimiento de alta seguridad, sea asesinado en prisión.
Al mismo tiempo, pidió la anulación del juicio, en particular por las dudas sobre la imparcialidad de algunos miembros del jurado. El viernes por la mañana, el juez Cahill denegó su petición, diciendo que "no había podido probar" sus acusaciones.
Pero el caso no termina con Chauvin: sus tres excolegas serán juzgados en marzo de 2022 por cargos de complicidad en homicidio por la justicia de Minnesota.
En paralelo, los cuatro hombres también enfrentan cargos federales por violar los derechos constitucionales de Floyd. Aún no se ha fijado una fecha para ese juicio.