Este viernes 26 de mayo, el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por su sigla en inglés) publicó archivos sobre varias visitas realizadas por Isabel II al país norteamericano en los años 1980 y 1990, entre los cuales la monarca sufrió amenazas y un potencial plan para acabar con la vida de la reina, fallecida en septiembre de 2022 a los 96 años.

Entre estos documentos, publicados en la web de la policía federal estadounidense, figura una nota relativa a un viaje efectuado por la reina británica y su esposo, el príncipe Felipe, a California en 1983.

La reina Isabel II de Gran Bretaña (izq.) Y el príncipe Felipe, duque de Edimburgo (der.)

Según una información obtenida por la policía de San Francisco mediante una fuente próxima a los círculos nacionalistas irlandeses, un hombre que afirmaba que “su hija fue asesinada en Irlanda del Norte por una bala de goma” había hecho planes “para atacar a la reina Isabel”.

Planeaba hacerlo “lanzando un objeto desde el puente Golden Gate sobre el yate real ‘Britannia’ cuando pasara por debajo, o intentando matar a la reina durante su visita al parque nacional de Yosemite”, precisa.

Cuatro años antes, en 1979, el grupo armado IRA (ejército republicano irlandés) asesinó a Louis Mountbatten, primo lejano de Isabel II y tío de su marido, poniendo una bomba en su embarcación. Era el momento álgido del conflicto norirlandés que enfrentó durante 30 años a republicanos católicos y unionistas protestantes, con la participación del ejército británico.

Otra nota, relativa a una visita de Estado de la monarca en 1991, hace referencia a amenazas por grupos irlandeses de perturbar actos a los que debía asistir, como un partido de béisbol y una recepción en la Casa Blanca.

Un documento de 1989 asegura que, aunque no se registraron amenazas concretas contra la reina, “la posibilidad de amenazas contra la monarquía británica está siempre presente por parte del IRA”.

Los portadores del féretro llevan el ataúd de la reina Isabel II, a la capilla de San Jorge dentro del castillo de Windsor, para el servicio de sepelio de la reina Isabel II de Gran Bretaña.

Isabel II, que falleció el pasado septiembre en Escocia con 96 años, fue objeto de otros intentos de asesinato.

Ese mismo año, un adolescente con problemas mentales disparó una bala contra el coche de la reina durante una visita a Nueva Zelanda. También en 1981, otro adolescente le disparó seis balas de fogueo durante un desfile militar para celebrar el cumpleaños de la monarca en el centro de Londres.

El rey Carlos III y Camila celebran su coronación

Carlos III, de 74 años, que subió al trono en septiembre tras los 70 años de reinado de Isabel II, heredó un país enfrentado a importantes desafíos. Estos van de las aspiraciones secesionistas en Escocia e Irlanda del Norte a la grave crisis por el costo de la vida, pasando por una revisión del pasado colonial que incluye una investigación sobre los lazos de la monarquía con el tráfico de esclavos.

Carlos III y Camila fueron coronados en una ceremonia modernizada y simplificada respecto a las anteriores, pero que aun así vio el despliegue de coronas engarzadas de diamantes y ropajes antiguos bordados con oro.

Puntuada con música, cánticos, sermones y lecturas de los evangelios ante 2.300 invitados -incluidos un centenar de jefes de Estado y gobierno y representantes de otras casas reales- vinculó la actual monarquía a su longevo pasado.

El rey Carlos III de Gran Bretaña asiste a su coronación en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres, el 6 de mayo de 2023. La coronación es la primera en Gran Bretaña en 70 años y solo la segunda en la historia en ser televisada. Charles será el monarca reinante número 40 en ser coronado en la iglesia del centro de Londres desde el rey Guillermo I en 1066. Fuera del Reino Unido, también es rey de otros 14 países de la Commonwealth, incluidos Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Camila, su segunda esposa, será coronada reina junto a él y será conocida como Reina Camila después de la ceremonia. | Foto: El País

Sin embargo, estuvo maculada por la detención de medio centenar de manifestantes, incluidos antimonárquicos y ecologistas.

Fueron arrestados, muchos incluso antes de que iniciaran sus protestas, gracias a una nueva ley, promulgada de forma acelerada esta semana, que da mayores poderes a la policía contra las manifestaciones.

“El derecho a manifestar ya no existe en el Reino Unido”, tuiteó Graham Smith, director del movimiento antimonárquico Republic, cuyos líderes fueron liberados tras 16 horas de detención.

“A menudo me han dicho que el monarca servía para defender nuestras libertades; ahora nuestras libertades son atacadas en su nombre”, fustigó.

*Con información de AFP.