En un simple anuncio que estuvo a cargo del vocero presidencial, Manuel Adorni, el Gobierno argentino resolvió quitarle el estatus de refugiado político en el país al expresidente de Bolivia Evo Morales.
Esta condición se la había otorgado el expresidente argentino Alberto Fernández a los pocos días de asumir como jefe de Estado, en diciembre de 2019, un mes después de que Morales renunciara a su cargo en medio de masivas protestas y motines policiales en su contra.
Luego de haber renunciado a su cargo de Presidente, en medio de una fuerte crisis política y social desencadenada por un informe de la OEA, que reveló irregularidades en las elecciones generales realizadas en octubre de ese 2019, se asiló en México.
Tras varios días en este país, posteriormente viajó a Cuba y se dirigió a la Argentina, donde ya se encontraban sus hijos, quienes habían sido recibidos por el gobierno de Mauricio Macri (antes de finalizar su mandato), tras una gestión personal que realizó el propio Fernández.
El expresidente llegó a Argentina a mediados de diciembre en un operativo secreto desde Cuba, a donde había viajado la semana anterior desde México por razones médicas. Las autoridades argentinas informaron en un inicio de que Morales gozaba de asilo político, si bien más tarde se le reconoció como refugiado.
Tras varios años, el gobierno argentino emitió un comunicado en el que expresaba que “dicho beneficio fue utilizado indebidamente como herramienta política por el presidente Alberto Fernández”.
“Se ha dado por finalizada la condición de refugiado de Juan Evo Morales Ayma. Fin”, ha señalado el portavoz del Gobierno de Argentina, Manuel Adorni, en su perfil oficial de la red social X.
Finalmente se conoció que Morales ha vuelto a la escena pública en Bolivia al perfilarse como candidato para las elecciones del año que viene.