El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, suspendió este martes las negociaciones que mantenía con el líder de las protestas indígenas por el alto costo de vida, tras un ataque contra militares que dejó un uniformado muerto y doce más heridos.
"No volveremos a sentarnos a dialogar con Leonidas Iza, quien solo defiende sus intereses políticos y no los de sus bases (...) No vamos a negociar con quienes mantienen a Ecuador como rehén", declaró el mandatario de derecha en una alocución presidencial.
En la madrugada un grupo de militares y policías que protegía un convoy con combustible fue atacado por manifestantes con "lanzas y armas de fuego" en la Amazonía, según las autoridades.
"Ustedes merecen más que un oportunista como líder. Es un acto criminal jugar con la vida de inocentes. El país ha sido testigo de todos los esfuerzos que hemos hecho para entablar un diálogo fructífero y sincero", añadió Lasso, un exbanquero que asumió hace un año.
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El elevado costo de vida alimentado por el incremento de precios de combustibles empujó a las calles a unos 14.000 manifestantes, la mayoría en Quito. Exigen medidas que amortigüen el golpe económico en la producción agrícola y la canasta básica.
El gobierno se ausentó de la mesa de diálogo con los indígenas que tiene lugar en la Basílica del Voto Nacional de Quito desde el lunes.
"Fue un ataque brutal (...) Pero ¿cómo podemos saber que si realmente salió o no salió de los manifestantes?, se preguntó Iza en la mañana durante la frustrada reunión.
"Que el mundo sepa quién no tiene voluntad para resolver los problemas", aseveró el también presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
Marchas festivas, cortes de ruta, violentos choques entre la fuerza pública y los indígenas presionan al impopular presidente Lasso (17% de aceptación).
Acosado también por un debate de destitución en curso en el Congreso, el mandatario de derecha cede a cuentagotas ante los reclamos de los manifestantes.
Sin tomar en cuenta el reciente reporte del Ejército, las protestas dejan cinco manifestantes muertos, más de 500 heridos entre uniformados y civiles, y unos 150 detenidos, según diversas fuentes.
Los indígenas denuncian represión policial en medio de las manifestaciones.