El gobierno francés desactivó este martes su servicio "Desinfox coronavirus", una sección de su página internet que identificaba las informaciones verificadas "fact-checking" sobre la covid-19, ante las críticas que suscitó entre periodistas, que reprochaban al ejecutivo atentar contra la libertad de prensa.
Disponible desde mediados de abril, esta nueva sección de la página web del gobierno presentaba los enlaces hacia artículos de "prensa franceses que luchaban en el marco de la crisis sanitaria, contra la desinformación".
Se trataba de artículos procedentes de servicios de fact-cheking de medios como la radioemisora Franceinfo, Libération, 20 Minutes, Le Monde y la Agence France-Presse.
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El objetivo, según el gobierno, era destacar la propagación de noticias falsas que circulan sobre el coronavirus y combatir el fenómeno.
"Asistimos a una proliferación, que calificaría de inaudita, de informaciones falsas (...) y que pueden acarrear consecuencias sanitarias importantes", defendió el sábado la portavoz del gobierno, Sibeth Ndiaye, ante la polvareda que levantó esta iniciativa.
Entre las informaciones falsas se encuentran, según ella, "supuestos tratamientos que permitirían vencer el coronavirus", como la que "recomendaba ingerir cloro para desinfectarse el interior", y que había sugerido el presidente estadounidense Donald Trump.
Pero varios directivos de prensa cuyos artículos fueron seleccionados denunciaron los últimos días una confusión de roles.
"La comunicación gubernamental es una cosa, el trabajo de las redacciones, otra. Esta publicación sin otra forma de explicación amenaza con generar confusión entre los lectores", lamentó el redactor jefe del diario Libération Laurent Joffrin.
Muchos medios se quejaban de que sus células de investigación publican investigaciones que "nunca serán retomadas en la página oficial del gobierno porque son molestas para el ejecutivo", recordó Luc Bronner, redactor jefe del diario Le Monde.
En un texto publicado el domingo, una treintena de Sociedades de Periodistas y de Redactores denunciaron a coro la operación, al estimar que el Estado "no es el árbitro de la información" y que "da la impresión, en una mezcla de géneros perniciosos, etiquetar la producción de algunos medios".
El gobierno trató de responder a las críticas este fin de semana, al asegurar que no seleccionaban ni los artículos ni los medios, pero el ministro de Cultura Franck Riester, encargado de la libertad de prensa, anunció el martes la supresión de "desinfox coronavirus", a la vista de la "preocupación suscitada por este servicio en las redacciones".
Esta iniciativa es uno más de los numerosos desencuentros entre el ejecutivo de Emmanuel Macron y la prensa desde el inicio de su mandato.
Las tensiones se incrementaron con la adopción a finales de 2018 de la ley contra la "infox" o los debates del año pasado sobre una instancia deontológica, sin olvidar la violencia policial contra reporteros durante el movimiento de los "chalecos amarillos".