El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó el domingo el ataque de la víspera que hirió a un grupo de niños y de periodistas en Mazar-i-Sharif, en el norte de Afganistán, y mató a un agente de seguridad.
La explosión tuvo lugar durante una ceremonia dedicada a los trabajadores de la prensa.
El ataque se produjo apenas dos días después de que un atentado suicida reivindicado por el EI matara al gobernador talibán de Balj, cuya capital es Mazar-i-Sharif.
El ataque contra los periodistas fue causado por un "paquete bomba que combatientes del EI lograron colocar y detonar" en el acto celebrado en un centro cultural de Mazar-i-Sharif, afirmó el grupo yihadista en un comunicado difundido por su agencia de noticias Amaq.
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"La explosión tenía como objetivo un mitin celebrado en el interior de un centro chiita para recompensar a varios periodistas que trabajan en agencias implicadas en la guerra y la instigación contra el EI", señala el comunicado.
La explosión mató a un agente de seguridad y cinco periodistas resultaron heridos junto a tres niños, según la policía.
La violencia en Afganistán ha disminuido considerablemente tras el regreso de los talibanes al poder, pero la situación se viene deteriorando desde el año pasado con varios ataques mortales reivindicados por el grupo yihadista EI.
La violencia en Afganistán
El portavoz de la policía de Balj, Mohammad Asif Waziri, precisó que murió el guardia que vigilaba el edificio donde se celebraba, en el sótano, la reunión organizada por un centro cultural para conmemorar el "Día Nacional de los Periodistas".
Tras el discurso de un alto funcionario talibán, los niños cantaban el himno nacional "cuando escuché una fuerte detonación", contó a AFP un periodista presente, Atif Arian, herido en el oído.
"Cuando la explosión ocurrió, fue un caos, todo el mundo trataba de escapar por temor a que el edificio se derrumbara", relató Atif Arian, añadiendo que algunos de sus colegas fueron "gravemente heridos".
Los periodistas afganos fueron blanco de ataques, varios de ellos reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), antes de que los talibanes tomaran el poder en agosto de 2021.
La explosión se produjo dos días después de que un atentado suicida reivindicado por el EI causara la muerte del gobernador de Balj, cuya capital es Mazar-i-Sharif.
La violencia en Afganistán ha disminuido considerablemente tras el regreso de los talibanes al poder, pero la situación se viene deteriorando desde el año pasado con varios ataques mortales reivindicados por el grupo yihadista EI.