Este viernes 21 de julio se levantó una nueva tensión y preocupación a nivel mundial, todo a costa de las declaraciones del primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, quien, en medio de una entrevista con la agencia AFP, se permitió afirmar la posibilidad de un nuevo conflicto bélico en su país vecino, Armenia.
Según afirmó Pashinyan en medio de su entrevista, es “muy probable” que Armenia entre en una nueva guerra con Azerbaiyán, esto por un conflicto que ha venido creciendo, por el control del enclave de Nagorno Karabaj, una región entre ambos Estados, donde según él Bakú, capital azerbaiyana, está llevando a cabo un “genocidio” contra los armenios.
“Mientras no se haya firmado un tratado de paz y los parlamentos de los dos países no hayan ratificado ese tratado, por supuesto que una [nueva] guerra es muy probable”, dijo Pashinyan.
Armenia y Azerbaiyán han librado dos guerras por el control de Nagorno Karabaj, un enclave de mayoría armenia situado en el territorio internacionalmente reconocido de Azerbaiyán.
Es de recordar que el último conflicto armado, a fines de 2020, terminó con derrota armenia, avances territoriales azerbaiyanos y un frágil alto el fuego, ratificando la soberanía de Bakú.
La tensión se agravó a inicios de este mes, cuando Azerbaiyán cerró con diversos pretextos la circulación en el corredor de Lachin, la única carretera que conecta Nagorno Karabaj con Armenia.
El bloqueo azerbaiyano provocó una crisis humanitaria en el enclave de mayoría armenia, que se tradujo en una penuria de comida y medicamentos y en cortes frecuentes del suministro eléctrico.
“No estamos hablando de la preparación de un genocidio, sino de un genocidio en curso”, dijo Pashinyan, agregando que el ejército azerbaiyano convirtió a Nagorno Karabaj en un “gueto”.
La última ronda de negociaciones de paz, el 15 de julio en Bruselas, no propició avances. El dirigente armenio considera que Occidente y Rusia deben presionar más a Bakú para que levante ese bloqueo.
Según Pashinyan, las negociaciones entre ambas partes se ven dificultadas por “la retórica agresiva y el discurso de odio de Azerbaiyán hacia los armenios”.
Incendiada la embajada de Suecia en Irak
Los conflictos por intolerancia siguen replicando acciones violentas en la región del Medio Oriente y Asia. Esta semana, la embajada de Suecia en Bagdad fue incendiada durante una manifestación organizada por los seguidores de un líder religioso iraquí horas antes de la quema pública de un Corán en el país escandinavo.
Decenas de manifestantes seguían alrededor de la embajada, de donde emergía una columna de humo, mientras policías antidisturbios y bomberos se desplegaban en gran número por la zona.
El ministerio de Relaciones Exteriores del país escandinavo dijo en un correo a la AFP que su personal “está a salvo” y que mantiene “contacto regular con ellos”.
De su parte, el ministerio homólogo en Irak condenó “en los términos más duros” los hechos y encargó a “los servicios de seguridad competentes realizar una investigación urgente y tomar todas las medidas necesarias para aclarar las circunstancias del incidente e identificar a sus autores”.
La protesta en Bagdad fue organizada por seguidores del influyente líder religioso Moqtada Sadr.
“No hemos esperado a la mañana, hemos entrado en la madrugada, hemos incendiado la embajada de Suecia”, dijo a la AFP un joven manifestante en Bagdad que cantaba el nombre del líder chiita.
En los alrededores del edificio diplomático, algunos manifestantes mostraban ejemplares del Corán y retratos de Mohamed Sadr, un importante clérigo religioso y padre de Moqtada, constató un periodista de la AFP.
“Nos hemos movilizado para denunciar el hecho de quemar el Corán, que no es más que amor y fe”, dijo a la AFP Hassan Ahmed. “Exigimos al gobierno sueco y al gobierno iraquí que paren este tipo de iniciativas”.
*Con información de AFP.