Es común que los conflictos arancelarios se analicen desde su impacto en el comercio de productos o la economía industrial.

Sin embargo, las medidas adoptadas por la administración de Donald Trump han comenzado a dejar huella en un sector menos visible, pero crucial para la economía global, tal como lo es el turismo internacional.

Y es que, según informes, en 2024, el turismo aportó el 9,1 % del PIB mundial. Para Estados Unidos, este sector representó en 2023 el 22 % de sus exportaciones de servicios y un 3,03 % del Producto Interno Bruto.

No obstante, las medidas unilaterales adoptadas por la Casa Blanca están empezando a modificar el comportamiento de los viajeros internacionales.

Si la guerra de aranceles continúa, es probable que el turismo sufra importantes pérdidas en lo que resta del año. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Panorama de viajeros

Ahora bien, durante marzo de 2025, Estados Unidos experimentó una caída del 11,6 % en la llegada de turistas internacionales respecto al mismo mes del año anterior.

Si bien la fecha tardía de la Semana Santa influye, operadores y analistas señalan que la caída responde a un fenómeno más estructural, como lo es la incertidumbre generada por la política exterior y económica de Trump.

Los expertos advierten que esta disminución de la demanda podría derivar en pérdidas de hasta 18.000 millones de dólares en ingresos turísticos para 2025, afectando gravemente a sectores clave como la hostelería, el transporte y el comercio.

La caída en el turismo no se limita a los mercados lejanos. En Canadá, por ejemplo, las reservas aéreas hacia Estados Unidos se han reducido en un 40 %, una cifra alarmante dado el peso que este mercado tiene en los estados fronterizos como Nueva York, Washington o Michigan.

Por su parte, la U.S. Travel Association ha advertido que una reducción del 10 % en el turismo canadiense podría traducirse en 2 millones de visitantes menos, pérdidas por 2.100 millones de dólares y hasta 14.000 empleos en riesgo.

Simultáneamente, en Europa, el desánimo de los viajeros ante las políticas estadounidenses se refleja en cancelaciones, mientras que los turistas estadounidenses, enfrentados a un dólar debilitado, muestran menos interés en visitar el viejo continente.

España es uno de los destinos más frecuentados por los turistas. | Foto: Getty Images

La industria aérea, directamente afectada por las trabas comerciales, enfrenta serios retrasos en la entrega de aeronaves debido a interrupciones en las cadenas globales de suministro.

Estos retrasos ya están afectando las previsiones para el verano de 2025, las cuales incluyen rutas planificadas, como los vuelos directos a Ibiza, que podrían cancelarse o reducirse, lo que impactaría a toda la cadena de valor del turismo.

Finalmente, es importante destacar que la falta de dichas políticas dificulta la planificación de rutas y frecuencias, generando costos adicionales y pérdidas operativas tanto para aerolíneas como para destinos turísticos.