Los recientes titulares con el nombre de Madeleine McCann parecen revivir los de hace 16 años, cuando su desaparición en Praia da Luz, un balneario de Portugal, le dio la vuelta al mundo durante largos meses.
Ahora, como en ese momento de profundas pesquisas sin éxito, el cuentagotas de las novedades de su caso ha vuelto a ser el pan de cada día.
La historia se ha trasladado a la represa de Arade, cerca de Praia da Luz, donde la Policía lleva varios días “peinando” la zona, luego de no encontrar nada en sus aguas.
El embalse se volvió un sitio de interés para la búsqueda, luego de que un amigo del principal sospechoso de la desaparición, Christian Brueckner, informara que él estuvo merodeando por ahí por los días en que Madeleine se esfumó.
Ahora, los investigadores anunciaron que hallaron nuevos objetos que podrían estar ligados al misterio de la niña inglesa, que se perdió sin dejar el mínimo rastro, una noche en que sus padres la dejaron durmiendo mientras cenaban con amigos.
Estos nuevos hallazgos se unen a los que se habían hecho en jornadas pasadas. La Policía está a la espera de los análisis de estos objetos, de los cuales no se ha dado ninguna información.
Sin embargo, de acuerdo con el Daily Mirror de Londres, los investigadores están muy interesados en encontrar un arma y una cámara de video que pudieran ser piezas claves para aclarar qué paso con la niña.
De no hacer hallazgos concluyentes en la zona del embalse, a la Policía aún le quedan al menos otros dos sitios donde realizar la misma exhaustiva búsqueda con toda clase de equipos, pues el sospechoso también los frecuentaba.
Las autoridades también pusieron sus ojos en la zona, con base en unas 8.000 fotografías que fueron confiscadas durante una investigación a Bruecker referente a otro caso.
Muchas de ellas fueron tomadas en Praia da Luz y sus zonas aledañas, y de ahí el que los sabuesos hayan volcado su atención en ellas.
La Policía cree que Brueckner no tomó las imágenes por mera diversión, sino porque podrían ser un registro de los sitios donde cometió sus fechorías.
En realidad, el caso de Madeleine McCann tomó un nuevo aire en Alemania, la patria del sospechoso, quien actualmente está en prisión, pagando una pena por la violación de una mujer en Praia da Luz en 2005, dos años antes de la desaparición de la niña inglesa, quien tiene o tendría hoy 19 años.
De hecho, el reo también es sospechoso de una serie de crímenes de la misma índole sexual, cometidos en el área de Praia da Luz entre 2000 y 2017, es decir, que McCann bien podría contarse entre sus víctimas.
En 2020, las autoridades alemanas encontraron una colección de memorias portátiles, o USB, que pertenecían a Brueckner y que contenían grandes cantidades de pornografía infantil. Ello en medio de la investigación por la desaparición de otra niña, Inga Gehricke, de cinco años, en 2015.
El paquete contenía además las instantáneas que han llevado a las nuevas pesquisas.
El hallazgo, en los alrededores del pueblo de Neuwegersleben, estado de Hanover, fue mucho más macabro, si se tiene en cuenta que el material estaba junto a un perro muerto en un basurero, por el sector donde Bruecker solía vivir en una fábrica abandonada. En otras revisiones de sus pertenencias, se le han encontrado, así mismo, huesos de animales muertos.