Al menos dos niños murieron y otro resultó herido este sábado al estallar por accidente un artefacto explosivo con el que jugaban en una aldea en la provincia de Nuristán, en el este de Afganistán.
Frente a esto, el director de Información y Cultura de la provincia de Nuristán, Haq Byan Nurestani, afirmó que: “Debido a la detonación de un explosivo de guerra, dos niños murieron y otro resultó herido, la explosión ocurrió en ese momento mientras varios niños jugaban con él”.
En total eran diez los niños que jugaban con el peligroso juguete, pero solo tres resultaron afectados cuando este explotó.
Vale la pena afirmar que Afganistán sufrió durante años los efectos causados por los restos de explosivos y minas antipersonas, que fueron quedando en el país tras décadas de conflicto armado.
De hecho, las viviendas que fueron abandonadas y las áreas remotas representan un mayor peligro para la población civil, al no haber podido ser despejadas por los artificieros, especialistas en el manejo de explosivos.
Por ello, los menores de edad se encuentran vulnerables al encontrarse en un territorio desconocido, los explosivos que han quedado atrás en las zonas de conflicto puede afectarlos al momento de jugar y divertirse.
Varias empresas han buscado impactar positivamente en Afganistán y contribuir a mitigar devolviéndole la seguridad de los territorios libres de artefactos explosivos a sus ciudadanos. Un ejemplo claro de esto es la organización The Halo Trust, que en colaboración con el programa de desminado del país asegura haber despejado de minas alrededor del 80 % del territorio afgano.
Sin embargo, el país sigue reportando casos, el pasado 26 de marzo, en Twitter, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también denunció la muerte de ocho niños en Afganistán por la explosión de munición abandonada en ese país y alzó una voz de alarma sobre una crisis que el año pasado dejó unos 700 niños muertos o mutilados en el país centroasiático.
Conflicto y muertes en Afganistán
Dos personas murieron este sábado en un tiroteo entre fuerzas iraníes y de los talibanes afganos en la frontera entre los dos países, informaron las autoridades afganas, en momentos de tensiones bilaterales por el uso de aguas fluviales en una zona iraní golpeada por la sequía.
“En ese enfrentamiento, una persona de cada bando murió y varias resultaron heridas”, indicó el portavoz del Ministerio talibán del Interior, Abdul Nafy Takor, en su cuenta de Twitter.
La policía iraní dio parte de “enfrentamientos”, sin mencionar la existencia de víctimas, en tanto que la agencia iraní Mehr indicó que un guardia fronterizo de este país había perecido en el incidente.
El portavoz talibán afirmó que la situación está “bajo control” y aseguró que el gobierno afgano “no quiere una guerra con su vecino”.
Irán no reconoce el gobierno de los talibanes.
Según el general iraní Ghasem Rezai, subcomandante de la policía, “las fuerzas talibanes abrieron fuego con todo tipo de armas contra un puesto de la policía iraní, desde territorio afgano”, y los agentes iraníes replicaron “con determinación”.
Los dos países tienen una frontera común de 900 km y el incidente se produjo en la provincia iraní de Sistán-Bauchistán (sudeste).
Teherán advirtió recientemente que se reserva el derecho de tomar medidas que le permitan captar el agua del río Helmand, que nace en Afganistán y desemboca en el lago Hamún, en Irán.
Una represa construida en Afganistán redujo en las últimas décadas el caudal que llega a Irán y la situación se agravó con las frecuentes sequías.
Irán exige que Kabul cumpla las disposiciones del tratado bilateral de 1973, que le asegura un caudal de 26 m3/seg.
El portavoz del gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, afirmó que Afganistán esta “dispuesto a cumplir sus obligaciones”, aunque advirtió que declaraciones inapropiadas de las autoridades iraníes podrían perjudicar las relaciones bilaterales.
Con información de AFP.