Las fuerzas israelíes asaltaron y bombardearon este lunes varios barrios de Ciudad de Gaza, forzando a los habitantes a huir, después de que Hamás e Israel plantearan sus exigencias de cara a una eventual tregua tras nueve meses de guerra.
En los últimos meses, las esperanzas de un acuerdo de tregua se han topado reiteradamente con las diferencias incompatibles de ambos bandos, pese a las presiones internacionales para poner fin a una guerra que ha provocado un desastre humanitario en la Franja de Gaza, amenazada de hambruna, según la ONU.
Pero en un gesto por relanzar las negociaciones --mediadas por Catar, Estados Unidos y Egipto-- sobre un alto el fuego y una liberación de los rehenes aún retenidos en Gaza, Hamás cedió el domingo a su exigencia de un alto el fuego permanente.
En tanto, la guerra amenaza con provocar un nuevo conflicto en Líbano, vecino de Israel, tras una intensificación de los disparos entre el ejército israelí y el movimiento islamista libanés Hezbolá, que abrió un frente el 8 de octubre en apoyo de su aliado Hamás.
“Decenas de mártires y heridos”
Los combates continúan el lunes en el territorio palestino, donde los soldados israelíes asaltaron varios barrios de Ciudad de Gaza, en el norte, y miles de habitantes tuvieron que huir, indicaron testigos y la Defensa Civil.
Hubo “decenas de mártires y heridos” en algunos barrios, según la Defensa Civil, que precisó que no pudo darles asistencia debido a la intensidad de los disparos.
Tanques israelíes tomaron posición en varios barrios y otros continúan avanzando, con apoyo aéreo, añadieron los testigos.
El ejército emitió por altavoces una orden de evacuación para los habitantes de los barrios de Al Daraj y de Al Tuffah, en Ciudad de Gaza.
Unos 2,4 millones de habitantes de la Franja de Gaza están asediados por Israel, con escasez de agua y comida, y donde más del 80% de la población se ha visto desplazada, según la ONU.
En el barrio de Shujaiya, “decenas de terroristas fueron eliminados”, indicó el ejército israelí.
En Rafah, en el extremo sur, en la frontera con Egipto, se “eliminó a más de 30 terroristas” y se bombardearon sitios de lanzamiento de cohetes en Jan Yunis, añadió.
La guerra estalló el 7 de octubre, cuando comandos islamistas mataron a 1.195 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 251 en el sur de Israel, según un recuento de AFP basado en datos oficiales israelíes.
El ejército israelí estima que 116 personas permanecen cautivas en Gaza, 42 de las cuales habrían muerto.
Israel prometió aniquilar a Hamás, que gobierna la Franja de Gaza desde 2007, a la que considera organización terrorista, al igual que Estados Unidos y la UE.
En respuesta al ataque, Israel lanzó una ofensiva en el territorio palestino que ha matado a 38.193 personas, también civiles en su mayor parte, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Tras lanzar una ofensiva terrestre el 7 de mayo en Rafah para eliminar, según Israel, a “los últimos batallones de Hamás”, el ejército se enfrentó a un resurgimiento del movimiento en el norte de la Franja.
“Lo bloquea todo”
En medio de esfuerzos diplomáticos para reanudar las negociaciones con vistas a una tregua, un alto responsable de Hamás indicó el domingo, bajo condición de anonimato, que su movimiento ya no exigía un alto el fuego permanente antes de negociar.
“La pelota está en el tejado de los israelíes”, declaró el responsable.
“Este punto se ha superado”, y a cambio, los mediadores se han “comprometido a que, mientras haya negociaciones en curso”, que todavía no comenzaron, un “alto el fuego se mantendrá en vigor”, añadió.
Hamás informó a los mediadores que deseaba que se cumplan tres etapas, precisó, entre ellas, la entrada en Gaza de 400 camiones de ayuda al día y la retirada del ejército israelí del “corredor Filadelfia y del paso fronterizo de Rafah”.
Hamás exigía hasta ahora una retirada total israelí de Gaza y un alto el fuego permanente.
Pero la oficina de Netanyahu afirmó el domingo que “cualquier acuerdo permitiría a Israel regresar y luchar hasta que se alcancen todos los objetivos de la guerra”, es decir, la destrucción de Hamás y la liberación de todos los rehenes.
Israel afirmó previamente que enviaría una delegación en los próximos días a Doha para mantener conversaciones con mediadores cataríes.
“Las intenciones de Netanyahu son claras. Cada vez que se avanza hacia un acuerdo, lo bloquea todo e intensifica la agresión contra nuestro pueblo”, dijo el lunes un responsable de Hamás, bajo condición de anonimato.
Para acentuar la presión sobre el gobierno israelí, el lunes tendrán lugar nuevas manifestaciones en Israel.
Hasta ahora, los mediadores internacionales solo consiguieron que las dos partes alcanzaran una tregua a finales de noviembre, que permitió la liberación de 80 rehenes a cambio de 240 palestinos presos en Israel.