El jefe de la estación de trenes señalado como responsable la catástrofe ferroviaria que dejó 42 muertos, según el último balance, deberá comparecer el jueves ante la justicia en Lárisa, en el centro de Grecia.

El hombre de 59 años fue detenido el miércoles y será acusado de homicidio culposo y lesiones corporales. Se expone a prisión perpetua en caso de ser condenado.

El funcionario, quien estaba de guardia en la estación de Lárisa cuando ocurrió el accidente, deberá explicar cómo un tren de pasajeros con más de 350 personas a bordo pudo circular en la misma vía que un tren de carga en dirección opuesta durante varios kilómetros.

La colisión de dos trenes ocurrió el martes, poco antes de medianoche, cerca de Lárisa.

Una portavoz de los bomberos dijo a AFP que los equipos de rescate trabajaron toda la noche en la búsqueda de sobrevivientes, pero las posibilidades de encontrarlos disminuían rápidamente.

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"El tiempo no está de nuestra parte", admitió la portavoz.

Tras la colisión, dos vagones quedaron aplastados y un tercero se incendió con las personas atrapadas adentro.

Los sobrevivientes describieron escenas de horror y caos, esquivando vidrios rotos y escombros cuando el tren se volcó, y debieron romper ventanas para salir.

Los rescatistas en el sitio dijeron que nunca habían intervenido en un desastre de esta magnitud. Muchos cuerpos quedaron calcinados y algunos pasajeros eran identificados por partes de sus cuerpos.

El primer ministro Kyriakos Mitsotakis aseguró el miércoles que el accidente será investigado a fondo.

"Todo demuestra que, lamentablemente, el drama se debe a un trágico error humano", declaró Mitsotakis, durante un discurso televisivo.

"Tren del terror"

"Me preguntaron por qué?", declaró el jefe de gobierno tras reunirse con familiares de las víctimas durante una visita al lugar del accidente y al hospital de Lárisa.

"Les debemos una respuesta sincera", dijo más tarde en una breve discurso grabado para la televisión.

El gobierno decretó tres días de duelo nacional, mientras el ministro de Transporte presentó su renuncia horas después del accidente.

Contactado por AFP, el grupo estatal italiano Ferrovie dello Statto (FS), que controla la compañía ferroviaria Hellenic Train, privatizada en 2017, no hizo por el momento ningún comentario.

Los habitantes se manifestaron con pancartas que decían "la privatización mata".

"Fue el tren del terror", dijo a periodistas Pavlos Aslanidis, cuyo hijo está desaparecido junto con uno de sus amigos.

El presidente del sindicato de maquinistas OSE, Kostas Genidounias, denunció lo que calificó como falta de seguridad en la línea, que une a las dos principales ciudades de Grecia.

"Toda (la señalización) está hecha manualmente. Desde el año 2000 los sistemas no funcionan", declaró a la televisión ERT.

Una red con problemas

Previamente aseguró a AFP que "ningún sistema de seguridad, de telemando y semáforos funcionaban".

"Era un tren lleno de estudiantes, de jóvenes de una veintena de años", declaró a periodistas Costas Bargiotas, médico del hospital de Lárisa. "Es realmente impactante ver los vagones arrugados como si fueran de papel", agregó.

"Es una pesadilla lo que viví (...) Todavía estoy temblando", declaró a AFP un pasajero, Angelos de 22 años, en el sitio del accidente.

"Sentimos la colisión como un gran terremoto", agregó. "Felizmente estábamos en el penúltimo vagón y tuvimos suerte de salir vivos".

En el rescate participan unas 500 personas, según un portavoz del gobierno.