Este jueves fue publicado el informe final de la investigación sobre la posible injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, cuando Donald Trump superó a Hillary Clinton.
En el informe, elaborado por el fiscal especial Robert Mueller, no se concluye que Trump hubiera participado en una "conspiración" con el gobierno ruso para hacerse con la Casa Blanca. Por ello, el Departamento de Justicia cerró el caso sin presentar cargos contra el mandatario.
"Las pruebas que obtuvimos sobre las acciones e intención del presidente nos presentan problemas difíciles que nos impiden determinar de forma concluyente que hubo conducta criminal", indica el informe.
Sin embargo, el informe señala que Trump intentó obstruir esa investigación, que se extendió durante más de dos años.
Según se lee en el informe, el Presidente "intentó que se despidiera al fiscal especial, y se implicó en esfuerzos para coartar la investigación y evitar la divulgación de pruebas a la misma, incluido mediante contactos públicos y privados con testigos potenciales".
"Los esfuerzos del presidente para influir en la investigación fueron infructuosos en su mayoría, pero eso se debe sobre todo a que las personas que rodeaban al presidente se negaron a ejecutar órdenes o a acceder a sus peticiones", indica el documento.
El fragmento más comentado en Washington fue el que relata la reacción de Trump en mayo de 2017, cuando el entonces fiscal general, Jeff Sessions, le informó de que el Departamento de Justicia había nombrado a Mueller para continuar con la investigación sobre Rusia tras el despido del entonces director del FBI, James Comey.
"Oh, Dios mío. Esto es terrible. Este es el fin de mi Presidencia. Estoy jodido", aseguró Trump, según las notas que entonces tomó la jefa de gabinete de Sessions, Jody Hunt.
El mandatario presionó sin éxito a Sessions para que tomara las riendas de la investigación, y en junio de 2017 ordenó despedir a Mueller en una llamada con el abogado de la Casa Blanca, Don McGahn, pero el letrado se negó y amenazó con dimitir.
Trump también intentó por medio de varios intermediarios que Sessions declarara públicamente que la investigación era "injusta" e interfiriera para acabar con ella, pero un funcionario de la Casa Blanca decidió no transmitirle el mensaje.
El informe perfila a un Trump que se negaba a aceptar la independencia del Departamento de Justicia, algo que deterioró su relación con Sessions hasta el punto de que el entonces fiscal general llevó por si acaso en el bolsillo una carta de renuncia "cada vez que visitaba la Casa Blanca" en la segunda mitad de 2017.
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Mueller explica en su informe que intentó "durante más de un año" interrogar a Trump sobre su investigación, pero finalmente accedió a dejarle responder a más de 60 preguntas por escrito.
Su equipo consideró "inadecuadas" las respuestas que Trump envió el pasado noviembre y evaluó someter al presidente a una "citación judicial" para forzarle a testificar, pero finalmente decidió no hacerlo por el "coste" que provocaría ese "largo litigio".
Fiscalía, con Trump
El fiscal general de EE.UU., William Barr, defendió este jueves que no hay "pruebas suficientes" de que Trump obstruyera la justicia en el contexto de la investigación sobre la trama rusa, e insistió en que "no hubo conspiración" del Mandatario con Rusia.
"El vicefiscal general (Rod Rosenstein) y yo hemos determinado que las pruebas presentadas por el fiscal especial no son suficientes para establecer que el presidente cometió un delito de obstrucción a la justicia", afirmó Barr.
En el informe confidencial que entregó al Departamento de Justicia a finales de marzo, Mueller "recopila diez episodios en los que está involucrado el presidente y discute posibles teorías legales para conectar estas acciones a elementos de un delito de obstrucción", explicó el fiscal general.
No obstante, Barr y Rosenstein no estuvieron "de acuerdo con algunas de las teorías legales del fiscal especial", y determinaron finalmente que Trump no interfirió en la investigación.
"El presidente no dio ningún paso que en efecto privara al fiscal especial de los documentos y testigos necesarios para completar su investigación", subrayó.
La decisión de Mueller de no llegar a una conclusión sobre si Trump obstruyó la justicia ha generado polémica en EE.UU., porque el fiscal especial dejó en cambio esa determinación en manos de Barr, nominado por el presidente hace unos meses precisamente debido a su interpretación favorable a la Casa Blanca de ese posible delito.
Barr ya concluyó, en la carta de cuatro páginas sobre el informe de Mueller que publicó a finales de marzo, que Trump no había obstruido la justicia.
Trump celebra
Trump celebró la decisión de la Fiscalía General de EE. UU. de no encontrar pruebas concluyentes de su participación en la 'trama rusa', y recurrió a la popular serie 'Game of Thrones' para pavonearse en Twitter.
"Ni conspiración, ni obstrucción. Para los que me odian y los izquierdistas radicales demócratas... Game over (fin de la partida, en español)", señaló Trump en un mensaje divulgado en las redes sociales, minutos después de que Barr hablara del informe del fiscal especial Robert Mueller y enviara una versión censurada al Congreso.
"Estoy teniendo un buen día, lo han llamado 'no conspiración, no obstrucción'", aseguró Trump poco después durante un acto en la Casa Blanca con veteranos del Ejército.
"Nunca la hubo, y nunca la habrá. Tenemos que llegar al fondo de estas cosas (...). Esto nunca debería pasarle a ningún otro presidente de nuevo, esta farsa", añadió el Presidente.
La reacción de los Demócratas
Los demócratas acusaron este jueves al presidente estadounidense, Donald Trump, de haber cometido una posible obstrucción a la justicia, después de revisar la versión editada del informe del fiscal especial Robert Mueller sobre la relación entre la campaña electoral del ahora mandatario y Rusia.
"El informe editado pinta un retrato impresionante de corrupción. (...) Trump ha pasado toda su Presidencia involucrado en una campaña continua de obstrucción, intimidación y abuso de poder. Nadie está por encima de la ley", señaló el presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC, en inglés), Tom Pérez, en un comunicado.
El secretariado del partido cargó contra el fiscal general de EE.UU., William Barr, por haber defendido a Trump y asegurado que las pesquisas de Mueller concluyeron que no existió obstrucción a la justicia por parte del presidente.
"En lugar de actuar como el abogado del pueblo estadounidense, el fiscal general se ha convertido en el abogado personal del presidente", agregó Pérez.
En la misma línea se expresaron los pesos pesados del partido en el Congreso, la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Para los congresistas, existen diferencias "marcadas" entre lo que ha aseverado Barr sobre la posible obstrucción de Trump y los apuntes de Mueller en su informe.
"Mientras continuamos revisando el informe, una cosa está clara: Barr presentó una conclusión de que el presidente no obstruyó la justicia, mientras que el informe de Mueller parece socavarla", apuntaron.