El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró el jueves durante una visita a Bakú que la "lucha" de Azerbaiyán, su aliado, contra Armenia no había terminado tras su victoria en el conflicto en Nagorno Karabaj.
Su viaje a este país del Cáucaso musulmán y de habla turca se produce un mes después de la derrota militar armenia, que tuvo que ceder importantes territorios en Nagorno Karabaj y alrededor del enclave en virtud de un acuerdo que puso fin a las hostilidades.
La república autoproclamada, en territorio azerbaiyano y poblada actualmente casi exclusivamente por armenios, seguirá existiendo, aunque debilitada y reducida, pero sin que el acuerdo negociado por Moscú solucione su estatus.
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Soldados rusos de mantenimiento de la paz han sido desplegados en la región.
"El hecho de que Azerbaiyán haya salvado sus tierras de la ocupación no significa que la lucha haya terminado", declaró Erdogan en un discurso durante un desfile militar en Bakú.
"La batalla en el ámbito político y militar va a seguir ahora en otros frentes", proclamó.
Instando a los dirigentes armenios a "ser razonables" después de su derrota en la guerra de seis semanas librada en otoño, aseguró que la recuperación del control de Azerbaiyán en varios territorios "solo será el inicio de una nueva era" en esta región montañosa.
Armenia "tiene que darse cuenta de que no obtendrá ningún resultado con los mensajes de ánimo de los imperialistas occidentales", dijo el mandatario, cuyo país es miembro de la OTAN, acusando además a Ereván de cometer crímenes de guerra en Nagorno Karabaj.
La oenegé Amnistía Internacional pidió el jueves investigaciones independientes para identificar a los autores de crímenes de guerra cometidos por las fuerzas azerbaiyanas o armenias y "llevarlos ante la justicia".
Preciado apoyo turco
Por su parte, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, agradeció el apoyo sin fisuras de Ankara en este conflicto, que "dio confianza al pueblo de Azerbaiyán".
"Armenia no ha estado en posición de medirse con nosotros ni desde el punto de vista económico ni militar", se congratuló.
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La reciente victoria de Bakú, armado por Turquía, permite a Ankara reforzar su peso geopolítico en el Cáucaso, zona de interés rusa.
"Azerbaiyán no habría podido obtener un éxito militar en Karabaj sin el abierto apoyo político de Turquía", indica a la AFP el analista Elhan Shahinoglu del centro de relfexión Atlas, con sede en Bakú.
Para él, sin el apoyo de Erdogan, Rusia, potencia regional y aliado de Armenia, habría presionado a Bakú y puesto fin a los combates, como fue el caso en otros enfrentamientos en los últimos años.
"Una nación, dos Estados"
Esta humillante derrota para Armenia, que venció a las fuerzas azerbaiyanas en una primera guerra en los años 1990, provocó la ira de Ereván, donde la oposición milita y se manifiesta casi a diario pidiendo la dimisión del primer ministro Nikol Pashinyan.
Armenia acusó a Turquía de implicarse directamente en los combates, lo que Ankara desmiente.
Generalmente simbolizada por el eslogan "Una nación, dos Estados", la alianza entre Turquía y Azerbaiyán se forjó cuando Bakú obtuvo su independencia de la URSS en 1991 y se reforzó bajo la presidencia de Erdogan.
En el marco de esta cooperación política, económica y militar, Turquía ayudó a Azerbaiyán a entrenar y equipar a su ejército y a facilitar sus exportaciones de hidrocarburos hacia Europa, sin pasar por Rusia.