Recientemente, se dio a conocer una nueva investigación en la que está trabajando la Nasa, al tomar a Venus como punto de partida para determinar cómo podría terminar siendo la Tierra, y si este planeta, así como otros mundos podrían tener potencial de vida.
“A menudo asumimos que la Tierra es el modelo de habitabilidad, pero si consideramos este planeta de forma aislada, no sabemos dónde están los límites y las limitaciones”, dijo a través de un comunicado, Stephen Kane, astrofísico de la Universidad de California Riverside y primer autor del artículo, ‘Venus nos da eso’.
Dicho artículo, publicado en la revista Nature Astronomy, recopila información sobre la Tierra y Venus, planetas que comparten algunas similitudes, como por ejemplo, que tienen aproximadamente la misma masa y radio.
”Si se considera que la energía solar que recibe la Tierra es del 100%, Venus capta el 191 por ciento. Mucha gente piensa que por eso Venus resultó diferente”, dijo Kane. “Pero espera al segundo lugar. Venus no tiene luna, que es lo que le da a la Tierra cosas como las mareas oceánicas e influye en la cantidad de agua aquí”.
Cabe decir que, además de lo anterior, el científico dice que la investigación les dará información sobre algunas incógnitas, como por ejemplo, el por qué su velocidad de rotación.
”Venus no tiene un campo magnético detectable. Eso podría estar relacionado con el tamaño de su núcleo. El tamaño del núcleo también nos da información sobre cómo se enfría un planeta. La Tierra tiene un manto por el que circula calor desde su núcleo. No sabemos qué está pasando dentro de Venus”.
Cabe decir que, ante este nuevo foco de investigación, la Nasa espera llevar dos misiones a Venus, programadas para finales de esta década.
La sonda Voyager 1 transmite datos por primera vez en cinco meses
La sonda Voyager 1, el objeto más alejado de la Tierra fabricado por el ser humano, ha transmitido datos legibles por primera vez en cinco meses, informó este lunes la NASA.
Pero los equipos de la NASA pudieron seguir enviándole órdenes y la sonda, que fue lanzada hace más de 46 años, siguió funcionando con normalidad.
El problema se debió a un chip de uno de los ordenadores de a bordo, encargado de formatear los datos científicos y técnicos antes de enviarlos a la Tierra.
Finalmente se encontró una solución ingeniosa y la NASA ha podido comprobar el estado de la nave por primera vez desde noviembre.
Junto con su gemela Voyager 2, las dos sondas son las únicas que han viajado por el espacio interestelar. Llevan a bordo grabaciones de sonidos e imágenes de la Tierra en placas de oro y cobre.
Con información de AFP y redacción de El País