A través de un estudio de la Universidad de Insubria en Italia, científicos analizaron los efectos del cambio climático relacionado con el deshielo del Polo Sur y el calentamiento de la zona ártica, los resultados fueron publicados en Current Biology y llamada como Aceleración del calentamiento climático y dinámica de las plantas en la Antártida.
“El fuerte calentamiento de la temperatura del aire entre la década de 1950 y 2016 en la región de la Península Antártica superó el calentamiento promedio global, con impactos evidentes en los ecosistemas terrestres y las dos plantas vasculares antárticas nativas Deschampsia antarctica Desv. y Colobanthus quitensis (Kunth) Bartl”, afirma el estudio sobre los hallazgos analizados.
Al parecer, los científicos afirman que hay dos plantas en la zona que durante los últimos 50 años han aumentado y además, estarían creciendo más lento que en los años anteriores cuando el clima era mucho más frío, aunque también se ha indicado que podría ser consecuencia de la reducción en la población de leones marinos, también afectados por el calor.
“En este estudio documentamos la aceleración en la expansión de D. antarctica y C. quitensis en la última década (2009-2018) en la isla Signy, donde la tendencia al calentamiento de la temperatura del aire se reanudó en verano después de 2012″, se explicó en el estudio.
“Nuestra hipótesis es que la sorprendente expansión de estas plantas se desencadena principalmente por el calentamiento del aire en verano y la liberación de la limitación de la perturbación de los lobos marinos”, sentenciaron los autores en medio del análisis.
Sin embargo, este tipo de cambios en el medio antártico podría ser una señal de haber pasado el punto de inflexión o como algunos le dicen “el fin del mundo”. “Nuestros hallazgos apoyan la hipótesis de que el calentamiento futuro desencadenará cambios significativos en estos frágiles ecosistemas antárticos”, se explicó en el estudio.
Además, los científicos agregaron que: “también planteamos la hipótesis de que el evento climático de ‘pulso’ del fuerte enfriamiento del aire detectado en 2012 no pareció influir en la dinámica de la comunidad de vegetación en esta isla. Esta es la primera evidencia en la Antártida de respuestas aceleradas de los ecosistemas al calentamiento climático, confirmando observaciones similares en el hemisferio norte”, como una señal más de la afectación planetaria.
La Nasa logra traer polvo de asteroide
La mayor muestra de asteroide jamás recogida, y la primera por la NASA, aterrizó el domingo en el desierto estadounidense de Utah al cabo de un vertiginoso descenso a través de la atmósfera terrestre, siete años después del despegue de la sonda Osiris-Rex. La caída, observada por sensores militares, fue frenada por dos paracaídas.
La muestra, tomada en 2020 del asteroide Bennu, contiene alrededor de 250 gramos de material, según estimaciones de la agencia espacial estadounidense, mucho más que las dos muestras de asteroides anteriores recogidas por misiones japonesas.
Este material va a “ayudar a comprender mejor los tipos de asteroides que podrían amenazar la Tierra” y arrojar luz sobre “el comienzo mismo de la historia del sistema solar”, subrayó el jefe de la agencia espacial, Bill Nelson.
Se trata de la “muestra más grande que hemos recuperado desde las rocas lunares” del programa Apolo, finalizado en 1972, dijo a la AFP la científica de la NASA Amy Simon antes del aterrizaje.
Aproximadamente cuatro horas antes de la hora prevista de aterrizaje, la sonda Osiris-Rex liberó la cápsula que contenía la muestra, a más de 100.000 kilómetros de la Tierra. Durante los últimos 13 minutos, esta cápsula atravesó la atmósfera: entró a más de 44.000 km/h y alcanzó una temperatura de 2.700°C. La sonda siguió su misión hacia otro asteroide.
*Con información de AFP.