La guerra en la Franja de Gaza que comenzó el pasado 7 de octubre se ha convertido en la más mortífera de las cinco que han librado Israel y el grupo terrorista Hamás. El más reciente informe de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU recoge las alarmantes cifras que deja este conflicto hasta ahora.

Luego del devastador asalto de Hamás en contra de las poblaciones en el sur de Israel, el ejército de este país ha golpeado con dureza Gaza, el enclave palestino bajo el mando del grupo islamista. Los ataques aéreos han golpeado con dureza este territorio densamente poblado. Según el Ministerio de Salud de Gaza, desde el inicio de las hostilidades, 3.478 palestinos han muerto y unos 12.500 han resultado heridos.

La ONU advierte que el número de víctimas mortales en Gaza durante los 12 días de hostilidades ha superado significativamente el número total de víctimas mortales durante la escalada de 2014, que duró más de 50 días y dejó 2.251 muertes palestinas. Además, se estima que cientos de personas siguen atrapadas bajo los escombros.

Equipos de defensa civil y lugareños se apresuran a rescatar a las personas de los escombros de la casa destruida de una familia palestina afectada por un ataque aéreo israelí. | Foto: 2023 Anadolu

Los equipos de rescate, principalmente de la Defensa Civil Palestina, están luchando por llevar a cabo su misión, en medio de continuos ataques aéreos, una grave escasez de combustible para hacer funcionar los vehículos y equipos, y con una conexión limitada o nula a las redes móviles.

En contraste, fuentes israelíes indican que al menos 1.400 ciudadanos de este país y extranjeros han muerto en Israel y otros 4.562 han resultado heridos, la gran mayoría el 7 de octubre. El número de víctimas mortales triplica el número acumulado de israelíes asesinados desde 2005.

Desplazamiento

El número acumulado de desplazados internos en Gaza desde el inicio del asedio rodea el millón, incluidas más de 513.907 personas que se alojan en refugios de emergencia designados por la UNRWA, de la ONU. Los recursos esenciales como agua, alimentos y medicinas son críticamente escasos, lo que genera creciente frustración y tensiones entre los desplazados internos.

Mientras tanto, muchas personas en las gobernaciones del norte de Gaza no quieren o no pueden evacuar debido a la falta de alternativas, las precarias condiciones de desplazamiento y el temor de que nunca se les permita regresar.

En Israel, por otro lado, el 15 de octubre se completó la evacuación casi total de la ciudad de Sderot (con una población de aproximadamente 34.000 habitantes), en el sur. Las comunidades israelíes más pequeñas alrededor de Gaza fueron completamente desalojadas en los días anteriores.

Devastador balance

El Ministerio de Obras Públicas de Gaza informó de la destrucción de 8.840 viviendas y otras 5.434 que quedaron inhabitables, lo que provocó el desplazamiento de unas 25.000 familias. Otras 83.750 viviendas también sufrieron daños menores. El número total de viviendas destruidas o dañadas (98.024) representa aproximadamente el 25 por ciento de todas las residencias en la Franja de Gaza.

La Organización Mundial de la Salud ha documentado cerca de 60 ataques en contra de servicios de salud (incluido el hospital Al Ahli), que dejó 491 muertes y 370 heridos, incluidas 16 muertes entre trabajadores de la salud y 28 lesiones de trabajadores de la salud en servicio.

La magnitud de los daños sufridos en las instalaciones educativas y otras infraestructuras civiles también es motivo de preocupación, señala la ONU. Hasta el 18 de octubre, 170 instalaciones educativas habían sido atacadas, incluidas al menos 20 escuelas de la Agencia de la ONU para refugiados palestinos.

Palestinos heridos en un bombardeo israelí de la Franja de Gaza. | Foto: Copyright 2023, The Associated Press. All rights reserved

Hasta hace una semana, seis pozos de agua, tres estaciones de bombeo de agua, un depósito de agua y una planta desalinizadora que abastecía a más de 1.100.000 personas habían resultado dañados. A esto se suma que el cruce de Rafah ha permanecido cerrado, lo que impide la entrada de la ayuda humanitaria que la población necesita desesperadamente, incluidos alimentos, agua y medicinas que aguardan en el lado egipcio.