Inbal Reich Alon pasó 15 horas escondida, antes de poder huir de la masacre perpetrada por los milicianos palestinos de Hamás en la cooperativa agrícola israelí donde vivía, junto a la Franja de Gaza. Ahora se pregunta si tiene una casa a la que volver algún día.
Pobladores consultados por AFP calculan que decenas de los 1.200 integrantes del kibutz murieron o fueron tomados rehenes en el ataque del movimiento islamista palestino Hamás, lanzado el sábado coincidiendo con una festividad judía.
“No sabemos si tenemos un lugar adonde regresar”, declaró esta mujer a AFP el lunes en un hotel del mar Muerto, donde permanece junto a 150 residentes de Beeri, un kibutz en el sur de Israel.
Reich Alon, de 58 años, dice que escuchó explosiones cuando Beeri fue atacada en la ofensiva de Hamás el sábado, que dejó centenares de muertos en suelo israelí, muchos en zonas cercanas a la frontera con la Franja de Gaza, bajo bloqueo de Israel.
“Creíamos que eran truenos”, relató la mujer. Poco después se percató de que su pequeña comunidad estaba siendo atacada. Con la familia refugiada en un cuarto seguro, construido para casos de ataques con cohetes, su casa fue incendiada a su alrededor.
“No teníamos idea de lo que estaba pasando”, pero se escuchaban gritos en árabe, recordó Reich Alon. Durante horas, su esposo e hijos “no soltaron” el pomo, que en los refugios no suele trancar la puerta.
“Simplemente tuvimos suerte”, declaró Reich Alon en el hotel David, situado entre el mar Muerto y las colinas de Judea a unos 60 km al sur de Jerusalén, donde fueron ubicados temporalmente los residentes de Beeri. “Somos un kibutz grande”, indicó antes de corregirse: “o al menos lo éramos”.
La mañana de lunes, el portavoz militar Daniel Hagari dijo a la prensa israelí que “unos 70 terroristas infiltraron” el Kibutz Beeri, y “la mayoría murió en un intercambio de disparos”.
Descontentos con el ejército
En el piso de entrada del hotel, gran parte del espacio está ocupado por montículos de ropa, juguetes, alimentos y productos higiénicos, recogidos de donaciones en cuestión de horas.
“Israel tiene una sociedad civil increíble”, indicó Reich Alon. La gente “trajo medicamentos, ropa, cosméticos... Llegamos aquí con lo que traíamos encima, algunos descalzos”.
Sobrevivientes que perdieron sus pertenencias en el ataque revisaban los bienes mientras los niños pintaban y jugaban en las cercanías. Voluntarios especializados en salud mental ofrecían apoyo. Afuera, una mujer en lágrimas pasea a su perro.
“Estamos en el sitio más seguro”, indicó a AFP el historiador Alon Pauker, mirando al mar Muerto. “El punto más bajo de la Tierra, pero también el punto más bajo para nosotros como nación”.
“Esta es una tragedia como la del 11 de septiembre” en Estados Unidos, opinó Pauker, de 57 años. “El sitio donde vivo nunca más será el mismo”.
“Tenemos que entender que ya no tenemos el kibutz que teníamos y ya no vivimos en el país que teníamos. Esto es un cambio tectónico”, afirmó Pauker, quien trabaja en la Universidad Beit Berl, en el centro de Israel.
Si bien el ataque fue obra de los combatientes de Hamás, considera también que parte de la responsabilidad es del gobierno israelí y el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien “abandonó el país”.
“Las fuerzas de defensa no defendieron a los ciudadanos”, agregó. Y acusó al ejército de estar “con otras cosas” en la ocupada Cisjordania, donde el gobierno de Netanyahu, uno de los más derechistas de la historia del Estado de Israel, promueve una política favorable a la colonización judía. “El ejército por primera vez demostró que no sabe proteger a los civiles”, señaló.
Durante años, Israel “descartó” una posible amenaza de Hamás, según Reich Alon. Pero los islamistas que atacaron el kibutz “sabían lo que estaban haciendo. Hemos encontrado a un enemigo realmente poderoso”.
Niños asesinados
El movimiento israelí de los “kibutzim”, previo a la creación del Estado en 1948, tiene sus raíces en el pensamiento socialista y suele alinearse con la izquierda.
Pero habitantes de Beeri dijeron a AFP que deberán reevaluar sus ideas sobre una paz futura con los palestinos. Ahora respaldan una guerra total en Gaza para eliminar a Hamás, algo impensable hace pocos días.
“Nos enfrentamos a una organización terrorista que (...) asesinó niños solo por asesinar niños”, sostuvo Pauker.
“Extremistas (en Israel y Gaza) se alimentan el uno del otro y a ninguno le importa la vida humana”, aseguró Pauker.
Para Reich Alon, “siempre hemos buscado y aún buscamos vivir en paz con nuestros vecinos. No queremos estas guerras”.
“Nunca pensé que lo diría, pero después de que traigan de vuelta los 100 rehenes (en Gaza), no me importa lo que quede allí”, expresó.
*Con información de AFP.