Un juez federal estadounidense bloqueó temporalmente el miércoles una controversial ley que prohíbe la mayoría de los abortos en el estado de Texas como parte de un intento conservador para negar cualquier acceso al procedimiento.

La norma, aprobada el 1 de septiembre, prohíbe el aborto en cuanto se pueden detectar latidos de corazón del feto, usualmente alrededor de seis semanas de embarazo, antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas, sin excepción para incestos ni violaciones.

El juez federal de distrito en Austin, Robert Pitman, accedió a la solicitud de la administración del presidente Joe Biden de bloquear la aplicación de la ley a la espera de nuevos litigios. Texas puede apelar la decisión.

En su fallo de 113 páginas, Pitman dijo que los funcionarios tejanos han creado un "agresivo esquema sin precedente que priva a sus ciudadanos de un importante y bien establecido derecho constitucional".

"Desde el momento en que SB 8 entró en vigor, las mujeres han sido ilegalmente privadas de ejercer control sobre sus vidas con métodos protegidos por la Constitución", dijo Pitman, en referencia a la Ley 8 del Senado, nombre oficial de la norma.

"Esta corte no autorizará un día más de esta ofensiva privación de un derecho tan importante".

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En años recientes, leyes similares han sido aprobadas en otros estados, y luego bloqueadas en los tribunales porque violaban el precedente sentado por la Suprema Corte en el caso de Roe contra Wade, que en 1973 garantizó el derecho de las mujeres a abortar hasta que el feto sea viable fuera del útero, alrededor de las 22 semanas de embarazo.

La ley de Texas, que hasta ahora es la más restrictiva del país, es única porque permite a cualquiera demandar ante la justicia a quienes presten asistencia en un aborto. Los denunciantes pueden ser recompensados con 10.000 dólares en casos que lleguen a juicio, alimentando acusaciones de que la ley motiva a los tejanos a actuar como vigilantes.

Como Texas aún puede apelar la orden de Pitman, es posible que el expediente acabe en la Suprema Corte.

La Casa Blanca saludó el fallo como un "paso adelante importante hacia la restauración de los derechos constitucionales de las mujeres en el estado de Texas".

Pero el derecho al aborto sigue bajo ataque ahí y en otros estados, dijo la portavoz Jen Psaki, por lo que Biden apoya los esfuerzos para inscribir la jurisprudencia de Roe contra Wade en leyes y "seguirá del lado de mujeres en todo el país para proteger sus derechos constitucionales".

Intervención judicial

La Corte Suprema, con nueve jueces de clara mayoría conservadora, esgrimió cuestiones de procedimiento el mes pasado para declinar bloquear la ley, como exigían abogados en pro del derecho a abortar. Pero no se pronunció sobre el fondo del asunto.

La Corte ya aceptó revisar una ley restrictiva de Misisipi que podría ofrecer una oportunidad de anular la jurisprudencia de Roe contra Wade.

La decisión de los jueces al declinar bloquear la ley llevó a la administración Biden a entrar en la contienda, presentando un interés de defender los derechos constitucionales de los estadounidenses.

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En la argumentación ante el juzgado el viernes, el gobierno estadounidense describió la prohibición como "una ley verdaderamente extraordinaria, creada para rebasar al gobierno federal y violar la constitución".

El fiscal William Thompson, del despacho del fiscal general de Texas, acusó al gobierno de mantener una "retórica incendiaria" e insistió en que la ley respeta el precedente de la Corte Suprema.

Pero el juez Pitman replicó: "Si el estado (de Texas) está tan confiado en la constitucionalidad de estas limitaciones al acceso de las mujeres al aborto, ¿por qué se esforzó tanto para crear esta inusual causa de acción privada?", en referencia a la cláusula que permite a cualquier ciudadano realizar demandas sobre aborto en Texas.

"Mi cuerpo mi decisión"

Decenas de miles de mujeres salieron a las calles de Estados unidos el fin de semana en protestas que buscan controvertir el intento conservador por restringir el derecho al aborto.

Activistas han pedido al Congreso consagrar el derecho al aborto en una ley federal, así como protegerlo de cualquier posible revés en la Corte Suprema.

Una ley con ese fin fue adoptada hace dos semanas en la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, pero no tiene oportunidad de pasar en el Senado, donde los republicanos tienen suficientes votos para bloquearla.

En caso de que el máximo tribunal logre revertir el caso Roe contra Wade, cada estado sería libre de autorizar o prohibir el aborto.

Eso podría llevar a que 36 millones de mujeres en 26 estados, casi la mitad de las estadounidenses en edad de procrear, pierdan el derecho legal a abortar, de acuerdo con un informe de Planned Parenthood.