Los crímenes atroces que ha atestiguado el mundo han hecho que las personas estén alertas ante cualquier presunto delito. Eso fue lo que le ocurrió a una mujer en una playa de Nueva Zelanda, cuando se aterrorizó al pensar que había descubierto el cadáver de una mujer desnuda sobre la arena.
La mujer que hizo el descubrimiento es artista de fieltro y su nombre es Alice Cowdrey. Contó que estaba paseando con su perro Sadie en la playa de Tapuae, ubicada a pocos minutos de New Plymouth, al sur de la Isla Norte de Nueva Zelanda.
Aseguró que no solo temía por el hecho de pensar que había encontrado el cadáver de una mujer, sino porque temía que alguien pudiera estar observándola a la distancia, como el presunto autor del crimen.
“No me acerqué mucho, solo a unos 25 metros de distancia porque estaba muy nerviosa”, narró Cowdrey. Al observar el cuerpo sobre la arena, decidió llamar a la Policía.
Tres agentes del orden llegaron a atender la situación en la citada playa, lo hicieron con gran celeridad pues podía suponer uno de los crímenes más graves de la zona.
Sin embargo, al llegar a la playa Tapuae y echar un vistazo más de cerca, descubrieron que todo se trataba de una falsa alarma, pues el supuesto cadáver era solo una “pesada muñeca” sexual.
Entre los tres arrastraron la muñeca hasta el auto y se dirigieron a la comisaría de la zona. Por el momento se desconoce si este juguete usado con fines sexuales fue dejado justo en el lugar por alguna persona, o si se encontraba naufragando en el mar y fue arrastrado hasta allí por el oleaje.
Cowdrey explicó que la muñeca “parecía tan real”, que no le costó pensar que se trataba del cuerpo de una mujer. Entre los detalles que tenía destacan las uñas largas y pintadas, una figura natural con un color de piel común a nivel local, así como una clara división en sus dedos de manos y pies, haciéndolos ver reales.
Fue una “experiencia espeluznante”, concluyó la artista neozelandesa.