El presidente francés, Emmanuel Macron, concedera este miércoles una entrevista en televisión en pleno endurecimiento de las protestas contra su impopular reforma de las pensiones, que no tiene intención de derogar tras imponerla por decreto.
La esperada entrevista del mandatario liberal, en las cadenas TF1 y France 2, llega en un contexto social muy tenso con una ola de protestas espontáneas, marcadas por la violencia, desde hace casi una semana.
Aunque su objetivo es apaciguar la situación, Macron ya advirtió que la "muchedumbre" y los "disturbios" no tienen legitimidad sobre los representantes del pueblo, dijo el martes a sus diputados, según un participante en la reunión.
"El gobierno está creando conscientemente todas las condiciones para que se produzca un estallido social, como si lo estuviera buscando", aseguró la líder ultraderechista Marine Le Pen.
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Dos de cada tres franceses, según los sondeos, y todos los sindicatos se oponen al retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y al adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.
Sin embargo, Macron y su primera ministra Élisabeth Borne adoptaron el jueves la reforma por decreto, ya que temían no alcanzar la mayoría necesaria en la Asamblea Nacional (cámara baja), incluso con el apoyo de la oposición de derecha Los Republicanos.
Esta decisión incendió las calles. Desde ese día, París y otras ciudades registran cada noche protestas no declaradas, en las que manifestantes, en su mayoría jóvenes, queman contenedores y otros elementos en su pulso con la policía.
El martes por la noche, la plaza de la República de París fue escenario del lanzamiento de proyectiles y de gases lacrimógenos entre centenares de personas y las fuerzas de seguridad. Hubo 46 detenidos. Entre jueves y lunes, fueron 855 en Francia.
Pero la policía se encuentra en el punto de mira. La oposición de izquierda, sindicatos de abogados, magistrados, la Liga de Derechos Humanos e incluso la defensora del pueblo expresaron su preocupación sobre su actuación contra los manifestantes.
¿Qué salida?
Más allá de la reforma, Emmanuel Macron se juega poder aplicar el programa de su segundo mandato que corre hasta 2027, por lo que su entrevista será muy seguida para conocer sus intenciones y ver si admite algún error, como esperan los observadores.
"El daño social y político por su obstinación en imponer una reforma de las pensiones (...) es inmenso. Lo mejor sería que admitiera su error, pero su arrogancia lo hace improbable. Entonces, ¿qué decir?", reza un editorial del diario de izquierda Libération.
El mandatario, de 45 años, ya rechazó en las reuniones del martes con sus aliados remodelar su gobierno, disolver la Asamblea o someter a referendo la reforma, como le pedía la oposición, y puso el foco en los próximos meses.
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Macron habría pedido así "propuestas" en las próximas semanas sobre un cambio de método de gobernar, algo que ya había prometido tras su reelección en abril gracias al cordón sanitario contra su rival Le Pen, y de "agenda".
La reacción se medirá sobre todo el jueves, cuando los sindicatos, que empiezan a perder peso en las protestas tras liderarlas, convocaron una novena jornada de acciones en la estela de las masivas y pacíficas de los últimos meses.
Tras lograr organizar la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas, con entre 1,28 y 3,5 millones de manifestantes el 7 de marzo, los sindicatos endurecieron sus acciones con huelgas prorrogables en sectores clave.
Las acciones se diversificaron en los últimos días con el corte puntual de los accesos a grandes ciudades, como este miércoles en Marsella, bloqueo de universidades y liceos, invasión de estaciones de trenes, basura acumulada en París, etc.
Los bloqueos de la expedición de combustible y de refinerías empezaron a pasar factura en el 12% de gasolineras de Francia, y las autoridades decidieron obligar a trabajadores en huelga a retomar su trabajo, en ocasiones creando momentos de tensión como en la planta de Fos-sur-Mer.