En las últimas horas, medios internacionales han dado a conocer que Israel bombardeó de nuevo este sábado el sur de la Franja de Gaza, tras casi tres meses de una guerra con Hamás que ha convertido al asediado territorio palestino en un “lugar de muerte” simplemente “inhabitable”, según la ONU.
De hecho, el Ministerio de Salud del movimiento islamista palestino Hamás indicó que desde el inicio de la guerra, el 7 de octubre, las operaciones militares israelíes en la Franja de Gaza han dejado 22.722 muertos. Este nuevo balance incluye a 122 personas fallecidas en las últimas 24 horas.
Además, tras la muerte del número dos de Hamás el martes en Beirut, el Hezbolá libanés lanzó su “respuesta inicial” disparando decenas de cohetes contra una base militar en Merón, en el norte del territorio israelí.
El ejército israelí confirmó que hubo unos cuarenta disparos desde Líbano e indicó que respondió atacando una “célula que participó en los lanzamientos”.
En Gaza, periodistas de la AFP reportaron ataques israelíes el sábado temprano en Rafah, ciudad del extremo sur del territorio donde cientos de miles de palestinos intentan refugiarse de los combates.
Allí, Abu Mohamed, un palestino de 60 años que huyó desde el campo de refugiados de Bureij (centro), declaró a la AFP que, a medida que la guerra está por entrar en su cuarto mes, el futuro de Gaza se presenta “oscuro, sombrío y muy difícil”.
“Lugar de muerte y desesperanza”
La Franja de Gaza se ha convertido “simplemente en un lugar inhabitable”, en “un lugar de muerte y desesperanza”, y sus habitantes están “frente a amenazas diarias ante la mirada del mundo”, denunció el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Martin Griffiths.
Asimismo, Unicef advirtió que los combates, la malnutrición y la situación sanitaria crearon un “ciclo de la muerte que amenaza a más de 1,1 millones de niños” en ese territorio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que la mayoría de los 36 hospitales del territorio quedaron fuera de servicio por los combates, y los que siguen funcionando se enfrentan al desabastecimiento.
Un equipo de la ONU entregó el viernes suministros médicos a las autoridades de Gaza en Jan Yunis. Fue “la primera vez que pudimos hacer esta entrega en unos 10 días”, declaró Sean Casey, coordinador de la OMS.
El ejército israelí declaró el sábado que sus fuerzas “mataron a varios terroristas (...) y destruyeron algunos pozos de entrada a túneles” en Jan Yunis en las últimas 24 horas y que encontraron chalecos militares “ocultos (...) en una clínica médica” en la ciudad de Gaza.
Israel acusa a Hamás de utilizar infraestructuras civiles, como escuelas y hospitales, para ocultar una red subterránea.
Presión diplomática
Ante el sombrío panorama de esta guerra que parece no terminar, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llegó este sábado a Turquía para conversar con el presidente Recep Tayyip Erdogan sobre el conflicto armado. Blinken visitará también varios Estados árabes antes de dirigirse a Israel y Cisjordania ocupada la próxima semana.
Su homólogo europeo, Josep Borrell, se entrevistará este fin de semana con responsables libaneses, también con la esperanza de evitar una conflagración regional.
Los diplomáticos abordarán posiblemente otro tema: el futuro a largo plazo de Gaza. El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, presentó públicamente el jueves propuestas para la posguerra en el territorio palestino que aboga por una administración sin Hamás, pero sin presencia civil israelí. El plan aún no tiene el aval del gobierno israelí, dividido sobre esta cuestión.
Para dos ministros israelíes de extrema derecha -Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich- el futuro de Gaza es la partida de los palestinos y el regreso de los colonos judíos.
“No corresponde a Israel determinar el futuro de Gaza, que es tierra palestina”, declaró la canciller francesa, Catherine Colonna, a la cadena CNN el viernes.
Desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, el número de asentamientos y de nuevas rutas para los colonos ha visto un aumento “sin precedentes” en Cisjordania ocupada, según un estudio de la oenegé Peace Now.