Este miércoles se vivió una nueva jornada de manifestaciones en Perú contra el Gobierno de Dina Boluarte. Miles de ciudadanos continúan congregándose en sepelios masivos, marchan con los ataúdes de sus seres queridos en homenaje a los 17 civiles asesinados el pasado lunes 9 de enero, en medio de los enfrentamientos con las fuerzas estatales.
La misión de observación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya se encuentra en Lima para analizar la situación humanitaria en el marco de las protestas sociales, que iniciaron hace casi un mes luego de la detención del entonces presidente Pedro Castillo y la llegada al poder de Dina Boluarte.
El epicentro de las manifestaciones se encuentra en la ciudad de Puno, en la frontera con Bolivia. Ahí, miles de pobladores se han reunido para despedir a sus familiares.
“Dina me asesinó con balas”, se lee en el ataúd blanco de Edgar Huaranca, un joven de 22 años que murió en medio de los choques con los militares y la policía, el lunes 9 de enero.
El martes el gobierno decretó tres días de toque de queda en horas de la noche como medida para contener las protestas, que cada día se intesifican.
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Los bloqueos de carreteras se han extendido en 25 ciudades del país. Los manifestantes exigen la renuncia de Dina Boluarte y la instauración de elecciones presidenciales y legislativas, así mismo, piden convocar una asamblea constituyente.