Un teniente del ejército mexicano declaró a la policía que el estadounidense, identificado como Joseph Proctor, abrió fuego a un convoy militar con un fusil AR-15, lo que obligó a los soldados a repeler el ataque y disparar en su contra

Un ciudadano estadounidense murió presuntamente a manos de militares mexicanos que le dispararon tras haberlos agredido en las afueras del puerto turístico de Acapulco, informó un fiscal local. Un teniente del ejército mexicano declaró a la policía que el estadounidense, identificado como Joseph Proctor, abrió fuego a un convoy militar con un fusil AR-15, lo que obligó a los soldados a repeler el ataque y disparar en su contra, según la investigación abierta por Domingo Olea, fiscal de la Procuraduría del estado de Guerrero. El fiscal no dio más detalles sobre el extranjero, cuyo cadáver fue localizado en un vehículo la madrugada del domingo. Un funcionario de la Secretaría de la Defensa Nacional, no autorizado a ser identificado, dijo el lunes a la AP que el ejército investiga los hechos y que al parecer el cuerpo del estadounidense se encontraba en el asiento del copiloto, por lo que pudo haber alguna otra persona involucrada, aunque no se localizó a nadie más en el lugar. También se realizan pruebas para determinar si Proctor, de 32 años, en verdad disparó un arma. El padre de Joseph, William Proctor, dijo desconocer que su hijo estuviera involucrado en alguna actividad ilegal y desestimó que hubiese atacado a los militares. "Lo dudo. Joseph tenía su temperamento pero no usaba armas" , señaló en una entrevista telefónica con AP desde su casa en Auburn, Nueva York. Agregó que en los últimos seis años Joseph vivía por algún tiempo en México. El padre dijo que tenía escaso contacto con Joseph y no estaba seguro sobre las actividades que realizaba en México, aunque dijo que en Estados Unidos trabajó en labores de construcción. Olea informó que la novia mexicana de Proctor, Liliana Gil Vargas, identificó el cuerpo. En breves comentarios a periodistas locales, Gil dijo que vio por última vez a su novio la noche del sábado cuando salió a hacer algunas compras en Barra de Coyuca, una comunidad en las afueras de Acapulco, localizado a casi 400 kilómetros al suroeste de la capital mexicana. Una vocera de la embajada de Estados Unidos en México dijo a la AP que funcionarios consulares en Acapulco han estado en contacto con la familia de Proctor y daban asistencia para repatriar su cuerpo. Las fuerzas armadas han tenido varios enfrentamientos en los últimos meses con sicarios del narcotráfico, tanto en Acapulco y sus inmediaciones, como en otras partes del país. En ocasiones, se ha reportado la muerte de inocentes en el fuego cruzado, aunque también ha habido señalamientos de que soldados han disparado contra civiles que no se han detenido en algunos puestos de revisión. El ejército ha sido uno de los actores clave del gobierno del presidente Felipe Calderón en su estrategia de combate al narcotráfico y al crimen organizado, y también ha enfrentado señalamientos de abusos a derechos humanos. En al menos otro hecho ha estado involucrado un ciudadano estadounidense: en noviembre de 2009, la estadounidense Lizbeth Marin murió acribillada en la ciudad mexicana fronteriza de Matamoros, y la prensa mexicana señaló entonces que la mujer fue alcanzada por una bala perdida disparada por un soldado que participaba en una operación.