Como Alejandro Herrera Evia fue identificado otro colombiano que murió en Ucrania, en medio de la guerra con Rusia. Según un informe del diario New York Times, que cita a funcionarios de Estados Unidos, cerca de 500.000 militares han caído por cuenta de este intenso conflicto.
El huilense fue soldado profesional y trabajó en la Fiscalía General de la Nación y en el Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI). Sin embargo, a pesar de los consejos de su familia, en diciembre del año pasado decidió viajar a Ucrania y unirse a los grupos militares que respaldan al Ejército de ese país.
“Le dio por irse. Yo sí le decía véngase, mijito. Me decía: No, mami, yo me vine por una meta, ayudarlos a ustedes. Yo no me voy todavía, si me toca morir acá es porque Dios ya lo quiere así’”, dijo María del Carmen, madre del joven militar, en diálogo con medios locales.
Aunque se mantuvo firme en su decisión de permanecer en Ucrania, desde allá hizo una dura advertencia a los colombianos que podrían tener los mismos planes. “Analicen bien, no es por desanimarlos, si vienen, vengan preparados psicológicamente a lo que se van a enfrentar”, comentó en una publicación en su cuenta de Facebook.
“Vea cómo quedan los árboles de la cantidad de granadas y misiles que caen día y noche en nuestras posiciones”, comentaba el colombiano, que no guardaba su consternación por los frecuentes ataques. De acuerdo con información preliminar, el joven fue víctima de un bombardeo y el pasado martes, 29 de agosto, su familia recibió una llamada en la que les notificaron su fallecimiento.
Poco antes, tuvo una conversación que la madre del soldado recordó: “Hablé con él días antes. Me dijo: ‘Mami, si me llega a pasar algo, ya les he dicho que tengan fuerza’. Mis otros hermanos también la necesitan’. Ahí yo lo vi como triste y aburrido. Ese día sí les dije a mis hijos que él tenía algo y fue la última vez que pude hablar con él”.
Herrera estaba casado y tenía un hijo en Huila, con quienes intentó ingresar a Estados Unidos en 2022. Sin embargo, esto no fue posible y los deportaron, por lo que tomó la decisión de emprender hacia Europa. “Me dijo amor, vamos a hacer el intento de pasar hacia allá, de buscar nuevas oportunidades. Emprendimos esa aventura, pero lamentable no se pudo”, contó la esposa de Alejandro.
La Embajada de Colombia en Polonia ya se comunicó con la familia para explicarles el procedimiento que seguirán para lograr la repatriación del cuerpo. Además, les dijeron que el proceso demora hasta tres meses y solo pueden entregarles las cenizas, por lo que ahora la familia solicita respaldo.
“Pido ayuda a ustedes para que me lo manden entero. Él se fue vivo y ahora me lo mandan en una bolsa, pero yo lo que quiero es enterrarlo acá, no quiero que me manden cenizas”, señaló la mamá del soldado.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas, hasta inicios de septiembre de este año, 9.177 civiles han muerto, mientras que el número de soldados fallecidos es más alarmante, pues, según cifras extraoficiales, ascienden a cerca de medio millón de personas.
Herrera no es la primera víctima colombiana. De hecho, a principios de este año, las autoridades confirmaron la muerte de otros dos colombianos que pertenecían a la Legión Internacional. A finales de marzo, se conoció la muerte de Manuel Ferley Barrios, padre de cuatro hijos y pensionado del Ejército y la semana pasada se conoció del fallecimiento de Ronald Andrés Navarro Solano, oriundo de La Guajira.