No es un secreto que el origami, arte japonés de plegado artístico del papel, es empleado frecuentemente como un recurso creativo para diseñar nuevas tecnologías, se puede apreciar su influencia en diferentes dispositivos científicos, médicos y robóticos.

Aunque, para algunos, el origami puede ser solo un pasatiempo o una actividad desestresante. Lo cierto es que para la agencia aeroespacial de Estados Unidos, Nasa, este arte ofrece ventajas importantes en cuanto a seguridad y velocidad para diseñar los prototipos de naves espaciales tripuladas que adelanta esta agencia para sus misiones.

De izquierda a derecha, el cosmonauta ruso Konstantin Borisov; el astronauta danés Andreas Mogensen; la astronauta de la NASA Jasmin Moghbeli; y el astronauta japonés Satoshi Furukawa, saludan antes de dirigirse a la plataforma de lanzamiento de Falcon 9 de SpaceX en una misión a la Estación Espacial Internacional, el 26 de agosto de 2023 en Cabo Cañaveral, Florida. (Joel Kowsky/NASA vía AP) | Foto: (NASA/Joel Kowsky) For copyright and restrictions refer to - http://www.nasa.gov/multimedia/guidelines/index.html

Es por ello, que desde hace algunos años, la Nasa ha comenzado a contactar personas especializadas en el origami, quienes los ayuden a diseñar dispositivos que puedan plegarse de forma compacta durante el aterrizaje de una nave en algún planeta. El objetivo es que estos expertos en origami, diseñen soluciones de plegado y desplegado de sistemas de aterrizaje, alas, entre otras partes que componen las naves espaciales, manteniendo la protección de los tripulantes.

El origami se ha convertido en un importante aliado para la tecnología, por lo que además de la Nasa, otras organizaciones y empresas han recurrido a este arte para desarrollar sus productos. En el mercado se pueden encontrar radiadores plegables inspirados en origami y paneles solares que se pueden plegar en formas compactas para ser lanzados en cohetes, por ejemplo.

Ciencia espacial y origami

Esta captura de pantalla tomada de la transmisión en vivo de la NASA muestra la nave espacial Crew Dragon de SpaceX a 20 metros del acceso de acoplamiento de la Estación Espacial Internacional el 24 de abril de 2023.

Entre las aplicaciones del origami en misiones espaciales, ha servido para diseñar prototipos de naves que mantengan el equilibrio, distribuyan el peso y sean aerodinámicas. Igualmente, el origami ha sido esencial para los paneles de satélites, los cuales se pliegan de manera compacta transportarse en cohetes y se despliegan en el espacio cuando están órbita.

Por otro lado, en el campo de la robótica, el origami ha inspirado la creación de robots modulares que pueden transformarse de diferentes formas en tres dimensiones. En esencia, el origami aporta soluciones de portabilidad que son muy valiosas en cuanto a viajes espaciales ser refiere, puesto que entre menos peso y espacio pueda ocupar un dispositivo, más útil resulta en las misiones.

La NASA obtuvo la mayor muestra de un asteroide

La mayor muestra de asteroide jamás recogida, y la primera por la NASA, aterrizó a finales de septiembre de este año, en el desierto estadounidense de Utah al cabo de un vertiginoso descenso a través de la atmósfera terrestre, siete años después del despegue de la sonda Osiris-Rex. La caída, observada por sensores militares, fue frenada por dos paracaídas.

La Nasa logró traer a la Tierra muestras de un asteroide. | Foto: Captura video publicado por la Nasa en X

La muestra, tomada en 2020 del asteroide Bennu, contiene alrededor de 250 gramos de material, según estimaciones de la agencia espacial estadounidense, mucho más que las dos muestras de asteroides anteriores recogidas por misiones japonesas.

Este material va a “ayudar a comprender mejor los tipos de asteroides que podrían amenazar la Tierra” y arrojar luz sobre “el comienzo mismo de la historia del sistema solar”, subrayó el jefe de la agencia espacial, Bill Nelson.

Se trata de la “muestra más grande que hemos recuperado desde las rocas lunares” del programa Apolo, finalizado en 1972, dijo la científica de la NASA Amy Simon antes del aterrizaje.

Aproximadamente cuatro horas antes de la hora prevista de aterrizaje, la sonda Osiris-Rex liberó la cápsula que contenía la muestra, a más de 100.000 kilómetros de la Tierra. Durante los últimos 13 minutos, esta cápsula atravesó la atmósfera: entró a más de 44.000 km/h y alcanzó una temperatura de 2.700°C. La sonda siguió su misión hacia otro asteroide. Una vez que la cápsula llegó a tierra, un equipo equipado con guantes y máscaras comprobó su estado, antes de colocarla en una red y elevarla con un helicóptero.