El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, publicó una imagen en las últimas horas en su red social X (anteriormente llamada Twitter) donde se puede ver empuñando un arma de alto calibre.
“Nuevas armas acaban de caer”, aseguró el presidente en el mensaje que acompaña la imagen en donde se ve en lo que sería el despacho presidencial mientras sostiene lo que sería una escopeta antidrones DroneGun Tactical, un arma de antena direccional de largo alcance.
Según algunos medios, la escopeta permite disparar radiación para anular las transmisiones del operador de los drones dándole así a las ondas un alcance de varios kilómetros.
El producto incluye antenas direccionales de alto rendimiento en un diseño ligero y robusto estilo rifle; con una interfaz de usuario intuitiva en el panel de control para seleccionar y activar el rango de frecuencias de interferencia para derrotar al objetivo, según el portal especializado en drones Drone Shield.
La escopeta proporciona una contramedida segura contra una amplia gama de amenazas de UAS (por ejemplo, drones), sin dañar los modelos de UAS comunes ni el entorno circundante.
Cuando se desencadena la interrupción, los objetivos de los UAS (por ejemplo, drones) responderán mediante un aterrizaje vertical en el lugar o regresarán a su control remoto o punto de partida, dice el portal.
Esta arma cesa inmediatamente la transmisión de vídeo al operador del UAS, el dron permanece intacto y disponible para la investigación forense y la interrupción se activa en múltiples bandas de frecuencia de RF simultáneamente.
Bukele defiende su estrategia en la ONU
El Salvador ha pasado de ser la “capital mundial del crimen” a ser “referente de algo positivo” con su guerra contra las pandillas criminales, dijo el martes el mandatario Nayib Bukele en la tribuna de la asamblea general de la ONU.
“Muchos en el mundo están pendientes de lo que ocurre” en El Salvador, sobre todo “en América Latina, pero también en Estados Unidos y en otras partes”, dijo eufórico, porque el país centroamericano pasó de ser “literalmente el país más peligroso del mundo, a ser el “más seguro” del continente, solo por detrás de Canadá.
Bukele, arropado por su esposa y su hija, no quiso dar ninguna fórmula. Dijo que los gobiernos “deben tomar sus propias decisiones y reafirmar sus derechos” y “utilizar el sentido común”.
Tras 4 años de gobierno, dijo, es la primera vez que en 202 de historia, el país “más pequeño del continente americano ha dado grandes pasos para lograr su sueño de grandeza”.
Y esos sueños pasan por que las personas puedan caminar por las calles sin miedo, los niños jugar en los parques, convertir al país en destino turístico y capital del surf y que muchos emigrantes deseen volver, según explicó.
Las encuestas señalan que nueve de cada diez salvadoreños aprueban la cruzada de Bukele contra las pandillas que controlaban barrios, se financiaban con extorsiones, sicariato y tráfico de droga, lanzada en marzo de 2022.
En 17 meses, la medida, que permite detenciones sin orden judicial, cerca de 72.600 presuntos pandilleros han sido detenidos, para lo que hizo construir una megacárcel para más de 40.000 personas. Más de 7.000 inocentes han sido liberados, según las autoridades.
Organismos humanitarios han cuestionado el trato que reciben los presuntos pandilleros. La ONU denunció que entre las decenas de miles de detenidos hay al menos 1.600 menores.
“Ningún país tiene el derecho de imponer sus ideas, de imponerles su forma de hacer las cosas, menos cuando éstas ni siquiera funcionan en nuestros países”, advirtió.
Con información de AFP*